viernes, 30 de diciembre de 2011

Mi pintor

A Piratilla1 le encanta dibujar y pintar. Mano a mano con mi padre... juraría que ha heredado sus genes puesto que a mi padre le encanta pintar. Le encanta pintar y leer, sus dos grandes pasiones.

Esta nochebuena, "el olentzero" le trajo un lienzo. Y he aquí el resultado:



Os lo enseño, orgullosa no... orgullosísima de mi piratilla. Y aprovecho para realizar mi manifiesto maternal:

Les quiero, les quiero con locura, con pasión, con alegría, ciegamente, apasionadamente, constantemente... porque son lo mejor de mi vida, porque son mi motor y mi ancla y porque como dice mi padre: "hija mía, vuestros hijos son vuestra mejor obra de arte". Sí señor, mis hijos, mi mejor obra.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi madre... las madres, nuestras madres

A raiz de una conversación que ha nacido en el foro en el que participo, me voy a animar a escribir la siguiente entrada:

Mi madre. Estaba pendiente, se la debía.

Mi madre...mi madre... esos ojos verdes y esa sonrisa pícara. Cierro los ojos y recuerdo sus manos. A veces si me esfuerzo es cuando más me cuesta volver a los detalles pero sin embargo en el momento más insospechado me asalta una imagen, una voz, una frase, un gesto... un recuerdo.

Hoy, día 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, hubiera sido, será, su cumpleaños. Y desde que se fue, esta fecha no es igual, no significa lo mismo. No hay alegría sino recuerdo y añoranza. Con el tiempo, al menos, ya no surgen las lágrimas, al menos hacia el exterior.

Envidio cuando mis amigas me hablan de sus madres: "quedé con mi madre", "los niños están con mi madre", "llamó mi madre", "me lo regaló mi madre".... y las envidio y se lo digo porque la mía no está aquí ni con nosotros.

Cuantas veces imagino situaciones en las que estamos juntas, generalmente con los niños. Sueño con ella a menudo. Con esa "fatalidad" que envuelve ciertos momentos pienso en lo que no debí decirle y le dije, en lo que no le dije y debería haberle dicho, en lo que cambiaría...

Estareis pensando quizás que las relaciones madre-hija no son siempre son como una desea. Sé que es un tema muy delicado, muy complicado. No siempre es fácil, ni idílico... pero cuando aún tienes a tu madre... al menos es posible.

Mi madre se fue estando yo embarazada de cuatro meses del mayor y desde ese momento siento que se perdió mucha vida y muchas alegrías y siento rencor por ello, rencor hacia la mala fortuna o hacia el destino.

La extraño casi dolorosamente, dependientemente y no solo como hiija, sino como abuela de mis hijos, como mujer y compañera de tribu, como adulta. Sí, la niña que fui la echa de menos y la hija y la mujer y la madre que soy. A ella, tal cual era, con lo bueno, lo regular y lo malo. Con lo que nos unía y con lo que nos hacía discutir. Porque ahora no está, ni estará, porque ahora sé que no hay nada peor que su ausencia.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Felíz Navidad



La foto que os dejo en esta entrada pertenece a la felicitación navideña de la parroquia de mi barrio. Junto al Nacimiento, podeis leer:

"Con hebras del corazón,
le está tejiendo una nana
la Virgen al niño Dios.
¡Ya tiene nombre el Amor!
En el pecho de María
se ha dormido el Redentor."

Navidad 2011

Felices, mágicas y entrañables fiestas para todos. Sed muy felices y disfrutad de los vuestros en paz y armonía verdadera.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Un regalo navideño inesperado - Premio "Nice blog"



Hace tiempo, si alguien me hubiera dicho que me convertiría en esta Mon virtual (forera y bloguera) hubiera puesto cara de poker y me hubiera reido. Hubiera pensado - "¿yo? jamás, no va conmigo."

Sin embargo creo que es bueno evolucionar y cambiar de opinión y eso es lo que me ha traido hasta aquí.

Llevo desde ayer intentando plasmar la ilusión que me hace que Ileana, de Tenemos Tetas me haya otorgado este premio "Nice Blog". Apilo ya varios intentos y borradores, sin que me haya convencido ninguno en absoluto.  No consigo decir lo que pienso como me gustaría. Mientras sonrío no dejo de pensar: ... pero si yo soy chiquita, si mis blogs son chiquitos, pedacitos de mi ser, pero tan chiquitos y humildes como yo.

A Ileana la descubrí por casualidad hace tiempo y me enganchó desde el primer momento. Me engancharon ella, sus palabras, sus pensamientos y lo que consigue con su blog cuando mezcla lo anterior (su corazón, sus palabras y sus pensamientos). La considero "maestra" de mi maternidad puesto que suele abrir mi mente a pensar y a soñar, a preguntarme y a replantearme, a veces conciencia, a veces hombro donde apoyarme.

Que ella premie mis blogs: éste desde el que os escribo como mujer-madre para contar lo cotidiano, lo simple, para relativizar las cosas y desahogarme y El baúl de Mon en el que me convierto en escritora (suena presuntuoso ¿verdad?) significa mucho para mí. Y se lo agradezco infinatemente, de corazón.

Gracias Ileana.

Al aceptar el premio me comprometo a elegir tres canciones y contar un sueño.

Bien, las canciones al final son seis, las mismas que he dejado en la entrada de El Baúl de Mon, también, como allí dejo pendiente la elección de un fado, para otro día:

Every breath you break (The Police / Sting) (con esta canción comenzó mi idilio con Sting)

Ave María de Caccini (me traspasa el alma y me hace llorar siempre que la escucho. Me emociona hasta el extremo.)

Te quiero, te quiero de Nino Bravo (yo que odio cantar, que nunca lo hago de la vergüenza que me da, se la canto bajito, al oido, a mis tres hombres: "te quiero vida mía, te quiero noche y dìa, nunca he querido así...")

One de U2 (trae a mi corazón los recuerdos da un amigo que se fue hace ya tiempo pero que sigue conmigo).

Yves Montand l'âme des poetes (cierro los ojos y veo a mi padre, cantándola).

Viva la vida de Coldplay (porque los días más bajos y tristes, su melodía, me carga las pilas y me llena de energía)



Un sueño:

Puesto que ya he hablado aquí sobre mi sueño de ser escritora, esta vez hablaré de mi sueño como madre. Ver crecer felices a mis hijos. Como mujer, la verdad, también sueño con la felicidad. Con la felicidad con minúsculas, la que se esconde en los pequeños detalles, en lo cotidiano, en el presente. La que muchas veces, por prisas, por preocupaciones, por despiste ni vemos ni sabemos valorar.


Por mi parte, otorgo este premio a:

El blog de Sarai Llamas y su vida con piccolino, que me hace sonreir y además asentir pausada y solidariamente.


El Parto es nuestro. Sus exposiciones, sus reivindicaciones, sus llamadas de atención fueron parte fundamental para que yo abriera los ojos.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Las itis... de nuevo

Toc toc.

Virus: - Sí buenas, mire soy el virus del catarro y paseando yo por los alrededores me topé con Piratilla1, su hijo mayor. Me pareció simpático el chico y decidí autoinvitarme a su casa. Así que aquí me tiene felizmente instalado ya en su nariz, expandiéndome.

(Semana pasada: Piratilla 1, catarrazo de mil pares de narices, nunca mejor dicho, fiebre mocos y tos.
Esta semana. persiste en menor medida algún foco de tos y moco rebelde pero aislado).

Virus: - Esto, buenos días, que digo yo, que con lo bien que se vive en esta casa, que he pensado quedarme unos días más. Pero claro, necesito algún entretenimiento adicional y he pensado en explorar nuevas narices y nuevos cuerpos que haya por estos lares.

(Esta semana, el catatrazo de mil pares de narices lo tengo yo, afonía incluida, no tengo voz, nada; y el pobre Piratilla2 además de mocos se enfrenta a su otitis. Iba a escribir su primera otitis porque mucho me temo que si el talón de Aquiles del mayor es la laringitis, la del pequeño va a ser la otitis). Un día después de escribir esta entrada (hoy es sábado) me toca editar este párrafo porque el pobre piratilla2 se lleva de propina, una conjuntivitis. Ya tenemos pack.

Yo: - "Itis", miren ustedes... ¡váyanse ya!

Tengo que encontrarle la "relatividad" a la temporada alta de itis, que todavía nos queda hasta que la "prima Vera" regrese. De ahí el tono irónico-humorístico, o al menos "intento de" en esta entrada.

Aunque tengo que deciros que me angustia mucho verlos enfermos. Lo paso fatal por muy vanal que sea el "proceso vírico". Y no me vale que me digan que así se inmunizan, no me consuela ni un ápice.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Recordando Navidades del pasado

Hoy me han pedido que recuerde las Navidades de mi infancia:

Si cierro los ojos creo que aún puedo recordar ciertos detalles, ciertas imágenes e incluso olores y sabores.

Cuando era niña las Navidades eran alegres, eran excitantes, eran especiales. Por qué, pues simplemente porque era Navidad.

Recuerdo que me parecían las vacaciones más especiales del año. Que solía desear que nevara, algo difícil puesto que vivíamos en la costa pero yo me empeñaba en desearlo cada año. Unas navidades blancas.

El día de Santo Tomás y los pintxos de chistorra.

Vestirme de casera.Bueno, mi madre nos vestía de caseras. Costumbre.

En mi pueblo además el 24 a la mañana la gente salía a cantar y a pedir el aguinaldo. ¿Se seguriá haciendo?

Recuerdo los viajes a Pamplona en el Renault 6 de mi padre. El puerto de Azpiroz, la carretera y sus curvas (buf que mala me ponía). Los viajes con mi hermana en la parte de atrás del coche, yo siempre dormida para no marearme. Las llamadas de mis tíos para que nos diéramos prisa porque en Pamplona había empezado a nevar y acabarían cortando la carretera. En el puerto.

El cumpleaños de mi madre el día de los Santos Inocentes y las bromas de mi amona (abuela en vasco), mi abuela materna.

Mi abuela materna. La amona (como digo abuela en vasco) es de por sí mi mejor recuerdo. Ella en la cocina, ella mimándonos, ella y sus conversaciones, ella presidiendo la mesa, ella cuidándonos, ella celebrando, cantando. Siempre presente, pilar-matriarcado, todos alrededor de ella y ella uniéndonos a todos, como base familiar, como piedra angular. La recuerdo adornando la casa o escribiendo postales de Navidad.

El hamaiketako con chorizo cocido y carne cocida el día de Navidad y el de Año Nuevo.

Y mi abuela en la cocina, todas las santas fiestas, con todo el berenjenal y una sonrisa perenne.

Cuando fui algo más mayor compraba kilos de postales navideñas y escribía a  todo "pichichi". A un escuadrón de amigos repartidos por la geografía más extensa que os podais imaginar. (Lo de las postales, heredado de mi abuela también).

La lotería de Navidad y los trescientos milloooooooooooooooooones de peseeeeeeeeeeeeeeeeetas. (¿Eran trescientos?)

Las tardes con mi padre, que me llevaba al cine. Aún recuerdo... "Indiana Jones y el templo maldito". Salí enamorada de Harrison Ford... bueno en realidad de Indiana.

Las tardes viendo belenes o las luces en la ciudad. Incluso los escaparates.

Los menús navideños. Las croquetas y los huevos rellenos de mi abuela materna. Más tarde recuerdo a mi madre en ese papel, comprando, cocinando.

Los especiales en la tele de Nochevieja después de las uvas.

Mi madre y sus disfraces. Siempre nos sorprendía en las reuniones familiares con algún disfraz. Se las apañaba con lo que tenía en casa, de aquí y allá, con mucha imaginación y más ilusión que nadie. Era la alegría de la huerta.

Las noches de Reyes, los nervios a la hora de irnos a dormir y los despertares de madrugada. En la familia de mi madre la tradición era levantarnos de madrugada para abrir los regalos y tomarnos algo calentito con algún dulce o turroncillo.

Recuerdo luces, frío, abrigos, guantes, bufandas, gente, reuniones, alegría. Presencias fundamentales mi madre y mi amona. Todo perfecto, claro, visto desde mis ojos de niña, desde la inocencia, desde la magia. Sin dobleces, sin hipocresía.

Sin duda alguna era la mejor época del año.

Gracias Eva, por hacerme recordar.

martes, 13 de diciembre de 2011

Cuando lloras con / por alguien a quien no conoces

Esta entrada no la tenía pensada, ni mucho menos esperaba tener que escribirla algún día. Esta entrada nacce de la necesidad que he sentido de llorar, de gritar y de acompañar aunque sea en la distancia.
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A veces pasa que ser madre te otorga un sexto sentido.

A veces pasa que ser madre te hace más frágil, más empática.

A veces pasa que ser madre "te conecta" con otras madres y sus emociones aunque no las conozcas, ni sean amigas, ni las hayas visto en tu vida (y sepas a ciencia cierta que tampoco las llegarás a tratar). Solo te basta con que alguien te hable de ellas y de lo que están sufriendo. Y en ese instante un mecanismo se dispara, estés a cientos de kilómetros o no sepas nada de ella más que lo que te están contando. La conexión ya está establecida.

Y hoy es lo que me sucede:

Hoy, una amiga tiene el corazón encogido y arrugado y dolorido por la pérdida tan brutal y tremenda que ha sufrido una amiga suya. Y cuando pienso en esa pérdida siento a esa mujer cerca, como si la conociera, como si la comprendiera. El hecho de ser madres es lo que nos une. Porque no quiero ni pensar, ni imaginar, ni intuir cómo me encontraría yo ahora de estar en su situación.

Hoy he llorado pensando en esa madre (y en otras, otras tantas que tampoco conozco pero que de reunirse podrían decir tanto). Sé que no la veré en la vida. Sé que no me leerá pero hoy su tristeza es la mía. Hoy su dolor es ese dolor que yo no quiero sentir jamás, ni de lejos, es ese dolor que acaba de marcar un antes y un después en su día a día, hasta que emprenda su último viaje, en una vida que va a tener que recomponer, que aprender a vivir de nuevo... quien sabe si solo a sobrevivir como cuentan quienes saben de lo que hablo.

Solo acierto a pensar que es una tragedia, que es una pesadilla, que es injusto, que es estremecedor. La mayor bofetada que te puede dar la vida. Llorar a un hijo que se va, un niño en este caso... solo puede traer vacío. Nadie nos prepara para las pérdidas, para las despedidas permanentes pero es aún peor cuando va en contra casi de lo natural, de lo normal. ¿Cómo creer tan siquiera que te puedes llegar a encontrar en tal tesitura? resulta tan ilógico, tan ¿irónico?

Quisiera poder escribir algo a esa madre, quisiera tener el poder de sanar esa tremenda herida que se acaba de abrir, quisiera poder entender el por qué de una injusticia así. Pero no puedo. No hay palabras, ni frases que puedan aliviar semejante pena. No hay nada que se pueda decir y que no parezca inútil y fatuo.

No creo que haya mayor tragedia para una madre que la supervivencia a sus hijos. No lo creo después de haber visto el dolor de una madre despidiendo a su hijo, completamente rota creyendo que ya nada tiene sentido.

Desgraciadamente he sido testigo del dolor que sienten (porque ese dolor no se marcha, permanece el resto de sus días) varias mujeres, en esas situaciones. Cada caso ha sido distinto. Una de esas mujeres despidió a uno de sus hijos siendo éste un joven a punto de terminar su carrera universitaria y con toda una vida llena de promesas por delante. La otra mujer, despidió a sus dos hijos, en el intervalo de un par de años, siendo ya ambos adultos, incluso con nietos (siendo ya los hijos, a su vez, abuelos). Pero da igual, da igual si eran jovenes o adultos, esas madres han sufrido la ausencia de una parte de su propio ser, quedando vacias, yermas. Creo que puedo hasta oir, hasta notar, cómo pudo romperse su corazón para no volver a ser el que había sido. Porque, como dicen, ya nada es igual.

¿Cómo se supera algo así?

¿A qué te agarras si te acabas de quedar sin lo que más te ancla a la vida? De la noche a la mañana. Literal.

¿Cómo encuentras el camino de regreso a la cordura?

Como una "madalena"

Llega la Navidad.

Obvio, no creo que este hecho se le haya escapado a nadie a estas alturas. Estuve intentando pensar una entrada especial acorde con las fechas pero aún no he conseguido nada especial, ocurrente o al menos gracioso. Aun y todo me resisto a no escribir sobre ello:

De la estela navideña, regresan en el horizonte, las cenas familiares y toda una serie de accesorios y complementos varios para llamar nuestra atención (o la de nuestro bolsillo). Estas fechas se visten de vistosas luces, anuncios publicitarios emotivos y pegadizos, villancicos y buenos propósitos. Y  (aquí es donde quería llegar yo con el título) como cada año (no falla), como cada diciembre, una servidora, se pone en “modo madalena” y se emociona con todo alrededor. Y juro que cuando digo todo es todo, desde el ambiente navideño del mercadillo de la plaza de la catedral hasta la función del colegio de Piratilla1.

Se me caen las lagrimillas cuando recibo una felicitación por vía postal, con sobre y sello, como antaño. Cuando recuerdo a mis seres queridos que ya no nos acompañan, cuando veo el anuncio de la lotería nacional, cuando decoro la casa o cuando paseamos con los niños para ver las luces navideñas de la ciudad. Durante las campanadas o la noche de Reyes (que aún me sigue pareciendo mágica a estas alturas de mi vida), verles abrir sus regalos, una música, un gesto, una frase reclamo publicitario especial para estas fechas desata mis emociones exponencialmente y durante las siguientes semanas me dedicaré a esconderme cada vez que se me escapa una lágrima.

Valiente contrasentido el mío, puesto que las fiestas de Navidad me dan pereza (me pasa como con los chales de lana y las perlas, me estoy haciendo mayor y algo asocial). Si bien hace años me encantaban, ahora me encuentro inmersa en sentimientos contradictorios. Por un lado, la alegría delos piratillas ha hecho que estas fechas recuperen la luz que pudieron tener años atrás. No obstante, supongo que a pesar de todo no podré recuperar la magia que sentía de niña.

No sé a qué es debido ni por qué de estas sensaciones, noña que es una, y de lagrimón fácil (debo ser dada al drama), pero llega diciembre y así es como me siento.

Posdata: queda pendiente la entrada sobre mis reflexiones de fin de año, repaso de doce meses.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Compañero

Compañero:

Se acerca Fin de Año y menudo año ¿verdad?

Vamos a despedir un año difícil aunque con momentos muy hermosos, preciosas pinceladas que llegaban como soplos de aire fresco. Difícil para tí, mucho más para tí que para mí, lo sé, lo sé, aunque me haga la ciega y la sorda e incluso la indignada, soy consciente de ello. Mi papel ha sido fácil, tan solo acompañarte, entenderte, ayudarte y no siempre he sabido hacerlo bien. Mi papel era únicamente ser tu compañera y actuar como tal pero a veces he sido una bruja algo cabezona y reblede sin causa. Y en vez de ayudar he incordiado como solo yo sé hacerlo.

Ha sido año de sol y nubes. De lunas llenas y lunas nuevas. De luces y sombras. No has decaido, ni por un solo momento. No has flaqueado, no has dudado. Entre todos te hemos pedido que nos dieras el 200% y lo has hecho. Tranquilo, en silencio, con mil y un gestos. Siempre generoso, dadivoso. Siempre compañero, de mi mano.

Compañero, has estudiado, trabajado, jugado, criado, educado, acompañado, querido... sin tregua, con todo tu ser y todo tu corazón.

Compañero, has visto nacer la vida, la has tenido en tus brazos acunándola y sigues viendo la vida crecer.  Tus vidas, tus hijos.

Compañero, yo sí caí, yo sí me enfadé, yo sí quise parar y bajarme de este mundo en muchos momentos, pensando solo en mi y no en nosotros. Yo sí flaqueé y tú supiste volver a ponerme en la senda. A pesar de que he tropezado cientos de veces en la misma piedra. Siempre dispuesto a levantarme y consolarme, incluso cuando me negaba a ello.

Pero a pesar de los pesares, de mi genio, de mi lado más oscuro, sé, a ciencia cierta sé (lo repito porque es importante) que no puedo ni quiero vivir sin ti. Porque eres mi pilar, mi cayado, mi apoyo. Cierras mi círculo.

Tú y los niños sois mi principio y mi fin.

Por tí, compañero, por siempre. Hasta el adiós final.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Tantos años estudiando inglés

Tantos años estudiando inglés, tantos años de academias y clases particulares... para no entender a Goofy en versión original.

Hoy Piratilla1 se ha levantado con ganas de escuchar los dibujos "La casa de Mickey" en versión original. Quiere aprender inglés porque de mayor va a ser médico y lo va a necesitar (bueno, lo de "quiero ser de mayor" merece una entrada aparte). Y en ésas está.

Y yo me estoy frustrando enormemente porque además de tener un inglés de lo más olvidado en lo más recóndito de mi cerebro y de lo más oxidado,.. no consigo entender ni una sola palabra a Goofy. Tendré que practicar de nuevo "los listening"...

Por cierto, hoy ¡nos vamos de boda!

viernes, 2 de diciembre de 2011

Sueños recurrentes

Últimamente tengo un sueño que se repite a menudo con alguna que otra variante y me intriga si puede tener algún significado.

Vuelvo a ser estudiante. A veces estoy de nuevo en la Universidad, otras veces, como ayer, estoy en el Instituto. Y siempre me sucede lo mismo. Es época de exámenes y yo ni he ido a las clases durante el trimestre, ni me he hecho con ningún libro ni tipo de apunte, ni mucho menos he estudiado. Me encuentro con que llega la víspera de un exámen o incluso la hora de realizarlo (ayer era la asignatura de "lengua") y nada, no he hecho absolutamente nada. Me pongo tremendamente nerviosa, claro, porque sé que voy a suspender.

Lo peor, que no se trata sólo de una asignatura, mi inquietud va en aumento porque me pasa lo mismo con el curso entero. Es más, conforme sigue el sueño me hago consciente de que mi problema aumenta ya que llevo acumuladas varias asignaturas pendientes de cursos anteriores.

Me siento culpable, porque no les he contado nada a mis padres y éstos ignoran mi situación. Y esa sensación persiste durante todo el rato hasta que me despierto.

Los pensamientos que tengo durante el sueño son angustia, miedo, fracaso, culpabilidad. No he sido responsable y suspender va a ser la consecuencia. Mi condena será la vergüenza cuando mis padres se enteren.

Me pregunto por qué sueño tan a menudo con este tema, por qué se repite y por qué siempre con las mismas sensaciones. He llegado a soñar que me volvía a matricular de mi propia carrera y que a mitad de la misma, en tercer curso por ejemplo, recordaba, de repente y desconcertada, que yo ya la había terminado tiempo atrás.

En fin... sueños... la verdad es que mis sueños suelen ser para escribir sobre ellos... Seguro que volveré a tocar este tema en algún otro momento.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Mi primer Premio



No me lo puedo creer. ¡Tengo un premio!. "Tu blog tiene duende" y me lo otorga mi amiga Kim, desde su blog El Mundo de Kim.

Este premio me emociona especialmente. Que alguien me crea merecedora de él, siendo este blog tan sencillo y humilde me sonroja. "Deverdaddeverdaddeverdad", que diría mi hijo mayor. Que alguien crea que "Entre mimos y juguetes" que cuenta nuestro día a día y mis pensamientos y emociones, tiene duende, hace que me sienta especial. Y eso me acaba de alegrar el día. Bueno, desde aquí todo mi agradecimiento a Kim. Y un abrazo.

Para recoger este premio tengo que decir mi palabra favorita y otorgárselo a su vez a otros cinco blogs.
Bien.... lo de la palabra favorita es difícil. Me cuesta escoger una.
Si me atengo al sonido de las palabras, me encanta la palabra "zarzaparrilla".
Si nos atenemos al significado de las palabras... me gustan varias y soy incapaz de elegir:
- "Mamá", me llena el alma. "Mamáaaaaaaaaaaaaa" me hace sentir importante.
- "Amamantar". Es don, es vida, es vínculo, es amor, es alimento, es emoción, es contacto.
Los cinco blogs a los que me gustaría, a mi vez, otorgar este premio son:

Mimos y Teta: Porque el blog y su bloguera tienen duende. Porque me atraparon como fiel seguidora desde la primera vez que llegué a ellos. Porque parece que a Nohemí la conozco de siempre o quizás de otra vida, porque tal vez en algún momento ya fue mi maestra.

Tenemos Tetas y Reeducando a Mamá: Porque expresan y escriben de una manera magistral lo que pienso y siento (y he de confesar que las envidio por ello). Porque de ellas he aprendido mucho, entre otras cosas a ahondar más en mi maternidad y en mi propia búsqueda. (Al igual que "Mimos y Teta" y "Amor maternal").

Amor Maternal: Me encanta participar en sus carnavales.

La escuela, mi mundo: Porque cada vez que la mamá que lleva a sus dos hijas a este cole me cuenta cosas, siento envidia.

Pero quiero añadir uno más. Espero que no importe el hecho de que sean seis.

La casita de Aroa: Porque Anuska es especial y muy bella por dentro y por fuera.

Conversación de Piratilla1 con su pediatra

Esta semana Piratilla1 ha visitado a su pediatra. Os voy a intentar "reproducir con la mayor fidelidad posible" la conversación que mantuvieron nada más entrar en la consulta.

Para ponernos en antecedentes debo contaros que piratilla1 pasa varias laringitis al año.

Su pediatra: ¡Hola Piratilla1! ¿Qué tal? Cuentame, ¿Qué te pasa?
Piratilla1 (con un dibujo para su pediatra en la mano y unas chocolatinas también para ella): Es mi amiga laringitis, que se ha metido en mi cuerpo.
....

La conversación siguió entre ambos y yo me quedé maravillada del cambio que ha vivido Piratilla1 con respecto a su pediatra. Le ha costado mucho vencer su miedo a las batas blancas, o más que vencerlo, controlarlo. Aún veo en su cara muchas veces las emociones que siente y piensa cuando estamos en el médico. Observar que confía en su pediatra y que se sienta seguro en su consulta me alegra muchísimo. Aunque creo que Piratilla1 será como yo.... nunca nos gustarán del todo las batas blancas y tenderemos a esquivarlas todo lo posible.

Pero en realidad hoy solo quería compartir la manera en la que Piratilla1 explicó cómo se encontraba. Me hizo gracia.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Soraya madre, Soraya mujer... Soraya ambición política

A estas alturas no sé ya en qué tono escribir esta entrada. Si hacerlo con salero o con ironía, con contundencia, con seriedad, con teoría... no lo sé. No sé ya si remitirme a entradas anteriores. No sé si intentar escribir cual panfleto incendiario o reivindicativo, o si expresar las ideas que me rondan en la cabeza sin otro afán más que el desahogo, mi desahogo. De hecho me tienta dejar a reposar la entrada en sí y leer la blogosfera maternal que frecuento mientras asiento mis ideas y emociones.

No sé si dirigir mis reflexiones a la persona que ha desencadenado esta entrada o a la sociedad que además la admira y la empuja (además de palmearla) a tomar decisiones como la que ha tomado. Me pregunto qué habrá pensado y sopesado ella... ¿se habrá cuestionado su ambición?, ¿habrá vacilado a la hora de tomar la decisión que ha tomado? ¿ha pensado en su hijo? supongo que sí... y sin embargo no la entiendo. Sé que no estoy en su piel, ni lo estaré nunca... que hablar de los demás es demasiado fácil... pero realmente ¿dentro de unos años quiere pensar que EL MAYOR éxito de su vida ha sido su carrera política?

Recuerdo mi mayor ambición cuando era estudiante, cuando comencé mi carrera: la escuela diplomática. Mi mayor deseo... Sin embargo ahora pienso en ello solo cuando echo la vista atrás. Mis ambiciones han cambiado, igual que lo ha hecho mi vida y mis circunstancias. Mi mayor ambición hoy en día es mi familia, son mis hijos y ser partícipe activa de su vida. Ser su principal persona de referencia, que sientan su mayor vínculo conmigo y no con terceras personas.

Con estas palabras no quiero animar a nadie a nada, que cada una elija su camino, que piense en sus por qués. Nada es blanco o negro.

Yo también quisiera desarrollarme en otras facetas, pelear por mi sueños como escribir un libro, un trabajo a media jornada... pero no puedo ni quiero olvidar que mis hijos son parte esencial de mi vida. Lo que lamento es que tal y como se concibe el mundo laboral hoy, en ese aspecto mi tren ha pasado de largo. Y me subí a otro, ser madre. Lástima que para subir a uno tengas que perder el otro. Sin segundas oportunidades, sin poder adaptarnos, sin poder abrir y cerrar etapas al ritmo adecuado.

Y una vez más pienso, políticos así no me representan. No van a defender bajas más largas, conciliación real, ni que seamos un poco más "noruegas". No van a defender pasar más tiempo con mis hijos, no promoverán medias jornadas, ni horarios intensivos laborales y escolares para que padres e hijos disfrutemos de tiempo en calidad y cantidad.

Yo no hubiera podido separarme de mis hijos a los nueve días de recien nacido. Ni por un segundo. Salvo caso de fuerza mayor y con todo el dolor, no sé si del mundo pero sí de mi corazón.

No comprendo hacia dónde caminamos, hacia donde nos lleva nuestra sociedad, aplaudiendo ejemplos como el de Soraya que se incorpora a su trabajo (con jornadas maratonianas como tienen los políticos) dejando a sus recien nacidos, porque es lo que son, recien nacidos, a los cuidados de otra persona, de alguien que NO  es su madre y al que el niño no necesita, porque lo que necesita es el calor y los cuidados de su madre. No somos conscientes (y no queremos serlo) de lo que realmente supone la ruptura tan temprana de la diada madre/hijo.

Nos estamos olvidando de niños y ancianos. Sí nos estamos olvidando de ellos creyendo que no hace falta que les cuidemos nosotros mismos cuando pueden hacerlo otras manos expertas que no son las nuestras. Y no es lo mismo,  no lo es. Ni los cuidados, ni la dedicación, ni los medios, ni las ganas, ni la paciencia ni nada de nada. Contamos, "valemos", en nuestra etapa productiva, como trabajadores activos.

Evidentemente cada una vive su maternidad como quiere y puede... como sabe o como le dejan... pero a veces me pregunto si en aras de la libertad de acción y de decisión, de la igualdad, no estamos "patinando" . Nos están convenciendo de que renunciemos a nuestra maternidad, que la compartamos para que no nos moleste ni nos separe ¿de qué? de quién? 

Prefiero pensar que nos queda por delante un "neofeminismo" donde seamos conscientes de que es importante vivir la maternidad y ser parte consciente de ella. Por placer, por instinto, por inversión de futuro, sí, por eso también, porque una madre en casa en los años más importantes y decisivos en el desarrollo físico y emocional de un niño es invertir en un futuro y un mundo mejor.

Prefiero pensar en que podemos reflexionar sobre lo que significa CONCILIAR (elegir sin renunciar)  y luchar por conseguirlo.


Entradas en otros blogs:





jueves, 17 de noviembre de 2011

Yo también quiero ser noruega (Editado)

Os emplazo a leer el siguiente artículo de Ileana Medina, en su blog Tenemos tetas:


Solo quiero añadir:

Yo también quiero ser NORUEGA.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mis abuelas (101 años II)

Este domingo pasado falleció una de mis abuelas, la única que me quedaba. Con 101 años. Toda una vida, nunca mejor dicho, un siglo entero.

El desenlace, aun esperado, me pilló desprevenida. Supongo que de algún modo hace ya unos años que doté a mi abuela paterna del don de la inmortalidad. Parecía que siempre seguiría entre nosotros mientras despedíamos a otros miembros más jóvenes de mi familia, como mi madre.

Y desde el domingo llevo pensando en las mujeres de mi familia, en las que ya no están. En lo importantes que han sido y en lo que han significado para nosotros, para mi. En cómo las he percibido.

Tres mujeres, tres corazones, tres caracteres.

Mi abuela materna. Ha sido una de las personas fundamentales en mi vida, todo un pilar. Lo más. No tengo otras palabras. Conexión 100% en todos los niveles. Una mujer dulce y cariñosa, exquisita, sabia. Fue un regalo tenerla como abuela y disfrutarla hasta casi mis treinta años. Los mismos ojos verdes que mi madre.

Mi abuela paterna. Como carácter, completamente diferente a mi otra abuela. Seria, de pocas palabras. Su vida ha sido muy dura. Aprendí a conocerla, a entenderrla, con los años. Su figura, se ha ido haciendo más cercana, más entendible en los últimos años sobre todo, gracias a la labor de sus hijos, que con conversaciones, experiencias y recuerdos han conseguido que la perfile de otra manera.

Ambas longevas. Ambas importantes, raices de su matriarcado.

Ahora me doy cuenta que en ambos casos me he quedado sin millones de preguntas por hacerles, millones que recuerdos sobre los que preguntar...

A mi abuela materna siempre la tuve cerca. Sin embargo la distancia no ayudó a conocer mejor a una abuela cuyo carácter era pura coraza, puro escudo, lleno de circunstancias difíciles que lo habían moldeado.

Mi madre.... quizás sea mejor dedicarle otra entrada.

Políticos así no los quiero... (II)

En las noticias de hoy leo un titular sobre la malinterpretación que se ha hecho del discurso del Sr. Griñan:


Bueno, ya está. Estamos en campaña... ¿Cómo no iba a aparecer el cruce de acusaciones?


A ver cómo explico lo que siento, es que este tema me toca demasiado hondo....

Señores...Si es que esto no es política, ni color de partidos, ni derechas ni izquierdas. Esto, señores, es mucho más importante. Ni tan siquiera es solo la descalificación de la lactancia materna (que ya de por sí.... da para que me indigne).

Es una forma de ver la maternidad, la vida, de pensar en nuestros hijos, de "invertir" en un futuro mejor, de demostrar que las cosas tal cual están NO FUNCIONAN.

Y pasando ya a contestar...

Pues no me siento tampoco una talibana, qué le vamos a hacer. Ni sigo sintiéndo el feminismo que se defiende en el discurso. Sigo pensando igual que ayer.

Talibanismo. ¿Defender la LM es talibanismo? ¿promocionar la LM como lo que es, lo mejor para la salud del bebé y de la madre es talibanismo? ¿apoyar a las madres para que se informen y disfruten de su periodo de lactancia? ¿Agruparnos para encontrarnos más cómodas y comprendidas, buscar "la tribu" es talibanismo?

Por poner otro ejemplo: ¿Todos los esfuerzos y medios que se emplean para concienciarnos de que fumar es malo y para dejar de fumar, legislación incluida, también le parece "talibanismo"?

En todo el tiempo que llevo inmersa en grupos de apoyo, en foros, en blogs, en entornos que activamente buscan que la LM tenga el sitio de honor que se merece en la sociedad, solo he visto personas bien dispuestas a ayudar, a entender, a comprender, a acompañar,  SIN PRESIONES.

La presión, la culpa, la generamos nosotros mismos, en este caso nosotras.

Sobre todo si no tenemos las cosas claras.

Sobre todo si la información que nos llega en muchos casos es erronea, incompleta e incluso contradictoria.

Sobre todo si luego nos quedamos SOLAS en nuestra lactancia sin AYUDA de nada ni de nadie ni tan siquiera para cuando comienzan los problemas.

Y si he de seguir hablando... sobre todo porque con las ayudas que nos ofrece el estado no vamos a ningun lado sino que nos pegamos las 16 semanas angustiadas pensando en cómo haremos todo cuando nos tengamos que incorporar a nuesto trabajo e intentando adelantar y arreglar acontecimientos antes de tiempo.

Por otro lado, como madre que ha amamantado varios años yo también puedo hablar de presión, de incomprensión y de rechazo. De la necesidad de dar mil y una explicaciones y justificacíones, del rastreo de información por la red para sentir que la ciencia me avala y para poder acallar consejos no deseados. De mi necesidad imperiosa de buscar un hombro en el que quejarme y un abrazo en el que consolarme. De llegar a un grado donde lo único que he deseado es que me dejaran en paz con mi forma de crianza, sin querer convencer a nadie de nada, solo que me dejaran en paz.

Y más aún, puesto que él mismo es político... Si desde las propias instituciones públicas ha habido un giro en los últimos años para la promoción de la lactancia por considerarlo un tema de salud pública, si allá donde uno busque, sobre todo en el propio mundo médico, todo señala y avala las bondades de la lactancia materna.... ¿dónde queda el talibanismo en todo esto?

Lo que la mujer necesita es que le ayuden a ser mujer, a vivir esta etapa de los primeros años y cuidados de sus hijos con otras medidas, eso lo tengo claro. No escupiéndola del mercado laboral sin remedio por el mero hecho de haber querido ser madre. No negándole sistemáticamente el derecho a elegir con total libertad. No llamándola "machista" o "mantenida" si elige un camino que no es el habitual (habitual no significa equivocado).

En todo este tema, además de las mujeres están los niños, nuestros hijos. NUESTRO FUTURO Y EL DE TODA LA SOCIEDAD.

De todos modos, esta frase lo dice todo: "Ladran Sancho, luego cabalgamos".

martes, 15 de noviembre de 2011

Politicos así no los quiero

Como mujer, como madre, como identidad.... NO me representan.


Para muestra, un botón:

"Desde que estalló la crisis, José Antonio Griñán no ha parado de analizar, en público y en privado, sus causas y sus consecuencias. Desde todos los puntos de vista. Ayer en un encuentro con colectivos de mujeres advirtió de una las derivadas de la catástrofe económica: el de la "ridiculización" de los avances en materia de igualdad y del "retroceso en la conciencia ciudadana" de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. ¿En qué se nota? En todo, según él. En que vuelve a ponerse el acento en el "papel reproductivo de la mujer", creando en las mujeres una "mala conciencia", por ejemplo, para que opten por la lactancia materna de los hijos, algo que él describió como una forma de "canibalismo"."

A esto yo lo llamo descontextualizar y manipular. Leo el artículo de El País y solo pienso: a la caza y captura del voto.

No creo en ese feminismo y no me siento más machista por ello. Creo en la mujer, en sus capacidades, en sus logros, en su fueza y creo en su IDENTIDAD. Esa identidad que le hace única.

No quiero ser un hombre, quiero ser MUJER PLENA. Y si como mujer puedo parir, puedo amamantar y criar, quiero hacerlo. Y debería poder hacerlo sin renunciar a nada o renunciando a todo. Debería poder ELEGIR. Sin sacrificios, sin pérdidas.

Aceptemos nuestra identidad y sus ventajas.


Por una conciliación verdadera, por más tiempo con nuestros hijos. Por una maternidad consciente.

Otras reacciones:

Videos : Crianza con apego y Lactancia en TV (Mimos y Teta)

Quiero aprovechar esta entrada para enlazaros con el blog Mimos y Teta y su siguiente entrada:

Vídeos: Crianza con apego y Lactancia en TV

Ahora mismo he terminado de ver el vídeo en el que se entrevista a Rosa Jové. Como siempre que la escucho o la leo, siento que sus afirmaciones son lúcidas, claras, lógicas y sencillas. Y me alegra ver que cada vez se habla más y en más entornos de la crianza con apego.

Rosa Jové: Es verdad, cuanta razón. Porque se lo debemos, porque nos enseñan, porque lo valen.

Nohemí: Gracias por encontrar y colgar en el blog estos vídeos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

Nubes negras

Juro que cuando decidimos volver a ser padres pensé que todo iría rodado. Me apetecía mucho volver a ser madre, estaba orgullosa de la familia que estabamos formando, del vínculo con mi hijo, de la armonía familiar. Avanzábamos etapa por etapa, aprendiendo juntos. Eso fue lo que más me animó.

Cuatro en casa, era cerrar un círculo que habíamos comenzado dos cuando nos dimos la mano por primera vez a escondidas de todo el mundo, incluso de nosotros mismos y de nuestros sentimientos.

Y somos cuatro. Y soy feliz, lo soy, pero nada es como intento ( como quiero que sea). Y me pongo en el centro de este pensamiento. Desde que nació mi segundo hijo parece que no consigo hacer nada a derechas, nada como debiera, como siento que deseo ser. Al revés juraría que me alejo más y más del ideal de madre que mi mente llevaba tiempo construyendo (consciente o inconscientemente).

No me encuentro, no me hallo, siento una dualidad como madre. A veces parezco dos madres primerizas en vez de "madre por segunda vez". Me sé la teoría (la que quiero aplicar), creo firmemente en... y luego... una y mil veces al cabo del día exploto, me rindo, me siento sobrepasada.

- "Tranquila, todo será más fácil". Tal vez sí, tal vez no... Evidentemente hay realidades que ya conozco y me las tomo con otra templanza pero aun y todo cada día hay más de un momento que me lleva a la reflexión más profunda y enrabietada. Tengo la sensación de haber cambiado, de sufrir una especie de desdoblamiento que me convierte en.... madre y madrastra malvada, en hada y en bruja mala... En la madre que soy y la que quiero ser.... y siento, cansada, que vivo una lucha constante con el universo completo.

Cuando suelo llegar a este extremo siempre veo apenada quien paga mi falta de ubicación (o esa sensación constante de encontrarme perdida). Piratilla1, mi hijo mayor, al que exijo más de lo que debiera y con el menos paciencia tengo.

Odio pensar en la posibilidad de fallar a mis hijos, en no saber darme entera, completa; en el hecho de estar siendo el peor ejemplo; en fallarles a la hora de ofrecerles los valores, las herramientas necesarias para que afronten la vida con valentía, con tesón y con corazón.

En resumen: mi cabeza es una mezcla de caos mental y centrifugadora a toda pastilla.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Una misma situación, dos reacciones distintas

He de comenzar escribiendo que en realidad ésta no era la entrada que tenía pensada para hoy.

Quería hablaros de Piratilla2 que ya "gatea" o más bien "oruguea" (porque se arrastra como las orugas) y de Piratilla1 y su visita de esta misma mañana a la biblioteca municipal de nuestro barrio con su clase. (Me he quedado tomando un café junto al colegio solo para ver de "estrangis" como salía del cole camino a la "biblio"). Visita, by the way, en la que se encuentra inmerso ahora mismo. (La entrada iba a titularse "hitos" de la semana).

Pero no. Me ha pasado algo, una anécdota en el supermercado y os la voy a contar porque creo que tiene su moraleja o su trasfondo, como prefirais.

Situémonos.

Piratiila2 y yo en la cola del supermercado, tras realizar una pequeña compra mañanera. Mis manos repletas (porque pensaba adquirir dos cosas y han sido seis) y conduciendo la silla del niño (una vez más debería haberme inclinado por ir con la "mei"... cachislamarsalada).

Delante nuestro un chico joven, detrás una mujer ("chica" si quereis puesto que sería de mi edad, ejem ejem). Los tres más o menos con parecido volumen de compra.

Al verme el chico, muy amablemente, me ha querido ceder el paso puesto que yo llevaba un bebé. ¡Me dejaba pasar primero en la cola!! No me lo podía ni creer. Piratilla2 estaba tranquilo mirándolo todo así que se lo he agradecido varias veces, le he dicho que no era para nada habitual que alguien se tomara la molestia de ofrecer lo que él me estaba ofreciendo y que como el niño estaba tranquilo esperábamos nuestro turno.

Sin embargo, la mujer que teníamos detrás debía de llevar prisa (cuanto menos) porque sin darme tiempo a descargar la compra de mis brazos ya estaba inentando poner su compra en la cinta de la caja. He tenido que adelantarme porque, aun no teniendo la seguridad sobre sus intenciones, tengo la impresión (y repito, la impresión)... bueno ya os lo imaginais...

Me quedo con lo positivo. Con ese chico que con tanta delicadeza nos ha ofrecido que pasáramos primero para que Piratilla2 (y yo con él, claro) no tuvieramos que esperar más que lo estrictamente necesario.

¿Qué os parece?

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cuando un virus "se instala" en nuestra casa

Nuestro universo hogareño se vuelve aún más del revés si cabe.

Y es lo que está sucediendo estos días.

Creo recordar (no soy demasiado amante del género de terror porque lo paso de pena y luego no consigo dormir en días) que en las películas sobre vámpiros la primera advertencia que se hacía era que uno no entraba en casa salvo que se le invitase. Pues con los virus pasa igual.

Piratilla1 es el pobrete que generalmente los trae a casa (niños-cole-temporada otoño invierno igual a temporada alta de -itis).  Pero los virus, como genuinos invitados no deseados, no tienen suficiente con conseguir que Piratilla1 esté pocho unos días, sino que deciden aposentarse unos cuantos días más y atacar al resto de la familia.

Capitán Pirata se suele quedar los catarros y yo parece que siento debilidad por los que te machacan el estómago: dícese gastroenteritis por ejemplo (como la que mi pobre cuerpo maltrecho sufre desde ayer).

Piratilla2, de momento, parece que se inclina por los mocos, aunque con siete meses que cuenta actualmente es demasiado pronto para acertar con sus inclinaciones (o más bien puntos débiles) al respecto.

Dicen que poco a poco, cada año, cada curso, se inmunizan mejor y vas dejando atrás estos malos ratos. Yo no veo el momento para que suceda porque el tema de las enfermedades, por vanales que sean, lo llevo mal mal mal.

Y en estas estamos... de -itis y fuera lloviendo. Buena combinación para detestar cada año más el otoño-invierno.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Llevo días...

Llevo días "rumiando", con un runrun que me acompaña desde hace unos meses y no me deja estar tranquila. Porque no me gusta lo que pienso: no me gusta cuando actúo así y porque no sé cómo evitarlo.
 
Llevo días pensando en la herencia educacional y en escribir sobre ello, pero no consigo arrancar. Quizás aquí y ahora sea lo adecuado. En realidad son preguntas que me hago: ¿Cuánto tenemos de esa herencia educacional en nuestros actos?, ¿somos conscientes de ella?, ¿estamos de acuerdo con ella?, ¿nos alegra, nos incomoda, nos pesa?, ¿es inevitable o se puede borrar?, ¿la aceptamos?.
 
Llevo días queriendo escribir sobre la idea de "ser madre de dos". De contaros mis más y mis menos porque una vez más no solo disto mucho de ser perfecta sino que cada vez me alejo más de ello.

Llevo días con la sensación casi física, palpable de que la paciencia se me escurre de entre mis manos y no consigo entender por qué no puedo retenerla, por qué no puedo guardarla y emplearla.

Llevo días rehuyendo esas lecturas que tanto me han reconfortado, enseñado y acompañado desde que empecé mi maternidad. Esas teorías que han calado tan hondo en mi pensamiento y que a veces me duelen porque me recuerdan que no siempre consigo llevarlas a la práctica.

Llevo días sintiendo que La Culpa me da la mano, se convierte en mi sombra y no deja que me perdone ni avanzar.

Llevo días recriminándome mi necesidad de ser la madre perfecta cuando quizás sería mucho más justo reconocer mis limitaciones y ponerles solución.
 
Llevo días queriendo expresar con palabras cuánto lamento perder los nervios y gritar. Cuántos remordimientos siento y lo poco o nada que creo que puede servir esta actitud cara a nuestros hijos. Yo soy su espejo y su ejemplo. No sirve de nada que les guie si ese es el reflejo que perciben.

Llevo días pensando que en esos casos lo único que puedo hacer es pedir perdón a mi hijo mayor, a mi piratilla y demostrarle que no soy perfecta pero que me doy cuenta de mis equivocaciones y que no me molesta pedir perdón cuando es necesario. Él es generoso y me perdona y olvida. Un sabio ejercicio que muchas veces los adultos olvidamos.

Llevo días intentando justificarme, intentando sentirme mejor. Hacer borrón y cuenta nueva.

Y ayer,  revisando en el buzón de entrada, veo esta entrada del Blog de Sarai Llamas:

Y me siento identificada. Y pienso: "yo no lo podría expresar mejor".

domingo, 6 de noviembre de 2011

La inmediatez como concepto vital de mis hijos

La inmediatez como concepto vital de mis hijos

Sábado. Mediodía. Capitán Pirata (que Dios guarde muchos años) va a salir "de expedición" (entiéndase, a hacer recados). Se va a llevar con él a los Piratillas. Me pide que prepare a Piratilla2. Me dispongo a ello. Como hace frío le pongo su buzo-osito (con orejillas en el gorro), le abrigo con su bufanda y le siento en la silla de paseo con el saco de invierno. - "Listo" - anuncio.
Y en ese preciso instante Capitán Pirata (que Dios guarde muchos años) decide que es el mejor momento del mundo para tender la ropa. Debo anotar en su descargo que me parece genial el hecho de que compartamos tareas sin tener que perseguirle por la casa insistentemente para los quehacereres. Peeeeero hay algo que se llama (y aquí viene la idea del título): La inmediatez como concepto vital de mis hijos (e imagino que igualmente válido para todos los niños).

La consecuencia empírica de tal título: Piratilla2 protesta enérgicamente porque está preparado para salir. Ya. De inmediato. Ipso facto. Y no entiende por qué no se hace. No comprende de minutos, de "espera un poquito", de "acabo enseguida". Es un bebé. Y ya está.

Creo que después de explicado este concepto convenientemente a Capitán Pirata, éste tomará las medidas pertinentes la próxima vez.

Lo he escrito en clave de humor (o por lo menos, era mi intención) pero en realidad, es la pura verdad.

No son conscientes del tiempo, no al menos al uso de los adultos. Tienen su propio concepto: "el tiempo de los duendes" lo titulé en un relato corto hace un tiempo. A su ritmo, con sus propias prioridades, con sus propias necesidades, adaptadas a su edad, a su vida, a su día a día.

Ellos aún son capaces de pararse a admirar el detalle más simple o para escuchar la melodía que surge del violín de un musico callejero.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Libros infantiles. Carnaval de blogs "Estamos leyendo"

El siguiente artículo forma parte de la iniciativa Estamos Leyendo, un Carnaval de Blogs iniciado por Amor Maternal para fomentar la lectura con los hijos y recopilar libros con historias positivas.

Estamos Leyendo. Carnaval de blogs de Amor Maternal

Amor Maternal comienza un nuevo carnaval y yo siento debilidad por sus carnavales.

Puesto que hablamos de libros no me decidía si participar con este blog o con El baúl de Mon . Pero aquí estamos en "Entre mimos y juguetes", mi pequeño espacio personal.

Bien. Yo elijo para estae carnaval un clásico.
"El Principito". De Antoine de Saint-Exupéry.
En esta edición concreta: Edición Pop-up. Editorial Salamandra.

"El Principito" ha formado parte de la biblioteca de mi casa desde siempre. Mi padre, gran lector, siente fascinación, con razón, por este libro. En versión original, en francés, o traducido al español, ambas ediciones siguen en casa. Y cada vez que elijo una de sus páginas al azar me sigo asombrando por su sentido y su magia. No conozco un autor con mayor capacidad para ver a través de los ojos de un niño, con mayor capacidad para seguir siendo un niño, para ponerse en la piel de un niño.

Como no, mi padre ya les ha regalado el libro a sus dos nietos. En la edición Pop-up. Mi hijo mayor, Piratilla1, lo está descubriendo ahora, poco a poco y le encanta que le lea el diálogo en el que el Principito le pide al piloto perdido que le dibuje un corderito (¡qué recuerdos! mi padre me enseñaba francés con ese libro y recuerdo perfectamente ese diálogo).

Creo que "El Principito" no hay que recomendarlo, no es necesario. Hay que descubrirlo y disfrutarlo.


jueves, 3 de noviembre de 2011

La vida es un juego (para Piratilla1)

Definitivamente, para Piratilla1 la vida es un juego. Sí, para Piratilla2 también, más aún si cabe puesto que es un bebé, de hecho no me costaría nada creer que probablemente para él la vida sea "teta".

Pero es que en el caso de Piratilla1, ésta es una frase que me digo casi prácticamente cada noche, cuando finiquitamos el día y ambos están ya en los brazos de Morfeo.

La vida es un juego. Y cuando escribo la vida me refiero a todo, todito, todo. Cada cosa, cada momento, cada situación. Durante tdo el día. Sea lo que sea, todo puede ser digno de ser tocado, de ser usado para jugar y para imaginar. Todo puede ser lo que es y un millón de cosas más.

Simple pero agotador.

Agotador porque soy "la adulta" y ya no pienso como cuando era niña (una pena la verdad), porque desapareció ya toda esa magia y esa frescura, porque ya no tengo ni la energía ni la imaginación, porque estoy contaminada, llena de etiquetas, recomendaciones, consejos, miedos, dudas que se entremezclan. Porque muchas veces no le entiendo, porque me canso, porque tenemos prisa, porque... porque... porque....

¿Y él? ¿no es feliz? ya lo creo. Mucho.

Le envidio. De verdad, de corazón. LE ENVIDIO.

Y aquí lo dejo, Piratilla2 me reclama.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Hace un día de perros

O por lo menos a mí así se me antoja esta mañana. Así que por más que llevo un rato sentada con el portátil, mirando la plantilla del blog para las nuevas entradas, no consigo encontrar nada medio decente que contar. Me falta la inspiración y la culpa es del día de perros que hace. Seguro.

Quizás tenga que ver el hecho de que a pesar de ser miércoles, eso sea teórico y en la práctica estemos a lunes, dado que hemos disfrutado de un estupendo puente que terminó ayer.

Quizás tenga que ver con el día que hace. Otoñal. Otoñal, sí, pero "otoñal-perroperro" no otoñal, plácido, templado y de viento sur con el sol en lo alto, de los que te alborotan y alborotan a los niños (como los que recuerdo de mi infancia en mi pueblo, en la costa. Recuerdo esos días y recuerdo a mi madre que nos decía, "hoy hace tiempo de palomas").

Fuera suena una ventolera impresionante. Lo oigo, sin parar. Os lo dije, vivimos en la Patagonia española, el viento no te deja ni a sol ni a sombra, en cualquier estación del año y con la consiguiente sensación térmica desagradable en invierno (que por cierto, aquí dura ocho meses de doce).

A la par que el viento, llueve. El día por tanto es gris plomizo y como tal, triste.

Y es un rollo porque a mi cabeza y a mi corazón le gusta el sol, el calorcito, la luz. No me gustan los días como hoy (estareis pensando, "ay niña, y lo que te rondaré morena"). No sé yo si en otra vida debí ser lagartija.

jueves, 27 de octubre de 2011

Hojas, ramas, piedras y castañas

Hablamos de los paseos con Piratilla1 y lo que hace durante ellos.

Vivimos en una capital de provincia de la meseta norte. Tranquila, con paseos verdes junto al río y de tamaño perfecto, es ideal para uno de los, llamémosle juegos, de mi hijo mayor: la búsqueda y captura de hojas caidas del árbol, piedras ramas y/o palos y, en temporada (otoño) castañas pilongas (en este caso concreto, el de las castañas, la recogida es cada día, al salir del colegio o por la tarde. Por lo que en previsión suelo llevar una bolsa de plástico en mi bolso).

Desde que echó a andar, desde siempre, es una de sus actividades favoritas.

De hecho, entre sus amigos, es conocido por coleccionar piedras y castañas, y amablemente, siempre hay un niño solidario e implicado que mete la mano en el bolsillo para ofrecerle, como un trofeo, un elemento más que aumente una de sus colecciones. ¡Ah, la amistad verdadera!

En consecuencia hace tiempo que decidí sacar provecho de esta afición (que parece ser común a muchos niños por lo que he comprobado). Las piedras, si son adecuadas, más bien tirando a grandes y planitas pueden servir para pintarlas y crear, por ejemplo, una mariquita pisa papeles. Si son bonitas y a poder ser pequeñas, van al  bote de la colección de piedras. Las hojas, las pintamos también, para después pegarlas en una cartulina, o bien empapadas en pintura presionarlas como un sello y que dejen su forma. Con las castañas solemos hacer algún centro otoñal o rellenamos un jarrón. Y si se da la ocasión recojemos alguna piña con la que decoraremos la casa de cara a la Navidad.

Suelen ser también estupendos regalos que se empeña en llevar a clase para su profesora, sobre todo castañas y hojas secas. Lo de las piedras... como que no, mejor no.

Así, un paseo suele convertirse en un ir y venir en su recolección particular y a la par una fuente de información sobre tipos de árbol. Puro intercambio porque Piratilla1 recoge y procesa todo lo que ve y oye. La última vez yo le hablaba de castaños, sauces llorones y plataneros falsos y el me insistía en la existencia de los cedros llorones.

Efectivamente, cedros llorones, existen ( y yo llegué a dudar, cosa que no debo hacer cuando Piratilla1 dice algo) lo he visto, uno. Paseo de la Isla (Burgos), que hace las veces de jardín botánico. El mismo que vió él con la clase y que recuerda desde entonces. A pesar de los meses...

Hojas, ramas piedras y castañas... ¿no son fascinantes?

miércoles, 26 de octubre de 2011

Me gustan los chales de lana y las perlas

Ayer charlaba un microratito con mi mi "másantiguaamiga" sobre la vida y el amor (es decir de todo un poco y más aún) y surgió el tema del temporal y el frío. Me dijo: - "Llevo un chal de lana, como los de las abuelas". A lo que le contesté: - " ¡un chal de lana! qué chulo. Y pensé (que también le dije, por supuesto): - me gustan los chales de lana y las perlas. Debo estar haciéndome vieja.

Sí, me gustan los chales de lana y las perlas.

A mí.

Yo que era la de los cambios sin venir a cuento en la peluquería, la que no tenía un estilo definido en el vestir e iba dando tumbos según le viniera en gana o en la situación en la que se encontraba. La de los complementos en plata, que las joyas son para mujeres mayores, la de los vaqueros, la de los trajes no me gustan que son demasiado serios...

Me he convertido en una mujer, de mediana edad, dícese de "taitantos", madre y esposa, ¡clásica!. ¿Será la edad o será esta ciudad de espíritu tan tradicional, tan clásica como me estoy volviendo yo? Creo que si cerrara los ojos vería a mi madre prediciendo que llegaría este momento.

Si me paro a pensar, juraría que mi último acto de rebeldía ha sido llevar las sandalias durante todo el verano y "más allá", las chanclas "forever", hasta que el termómetro ha dicho basta, no seas loca muchacha. Incluso los días de lluvia. Porque en mi pueblo, costero y surfero, se llevan, aunque llueva.

martes, 25 de octubre de 2011

Carreras hasta el colegio un día de viento y lluvia

Ayer.

Primer temporal de este otoño. Sobre nuestras cabezas.

Los preparativos en casa transcurren con entera normalidad, en orden y tiempo. Piratilla1 se despierta estupendamente, desayuna estupendamente, se prepara (lo preparo) estupendamente. Piratilla2 idem. Todo genial. Estamos listos. Paso lista: Silla, plástico, paraguas, abrigos (esto es la meseta o como suelo decir la Patagonia española), bolsa del almuerzo, nota para devolver a la tutora, niños, llaves, móvil... Todo correcto. Salimos.

El colegio apenas si está a cinco minutos de nuestra casa, un lujo. Ayer fue una odisea llegar. Apenas abrimos la puerta de nuestro portal y una ráfaga de aire nos golpea en la cara, acompañada de la lluvia que cae inmisericorde. - "Toma hijo, el paraguas".

Damos la vuelta a la esquina y una ráfaga puñetera voltea nuestros paraguas, hace saltar el plástico que protege a Piratilla2, Piratilla1 grita - "mamáaaaaaaaaaaaaaa, el paraguaaaaaaaaaa, el plásticoooooooo, aaaaaaaaah" - y sale corrriendo a capturar el plástico de la silla para devolverlo a su lugar y proteger a su hermano. Lo ponemos y Piratilla1 lo agarra con fuerza. (En un momento de lucidez, a pesar del caos, pienso, este es mi niño, protegiendo a su hermano).

Nos recomponemos en un portal aledaño y proseguimos: La silla con Piratilla2 a salvo con el plástico, Piratilla1 resguardado entre la silla y mi cuerpo agarrándose la capucha; yo encorvada para dejarle espacio, agarrando con una mano la silla y con la otra el único paraguas que mantenemos abierto, rezando para que no voltee de nuevo y llegar secos hasta la fila de la clase si es posible y el temporal lo permite. Apretamos la marcha, no sé cómo pero vamos casi hasta acompasados. Llegamos, yo resoplando, con cara de "nollegoestoesunascodetiempoquemedanlossietemales"; los Piratillas como si nada, encantados y secos y justo a tiempo. Piratilla1 fue el último de la fila "in extremis", con la fila ya más dentro de clase que en el porche. Pero llegamos.

Piratiila2 y una servidora vuelven a todo correr a casa y justo cuando llegamos al portal comienza a caer el diluvio universal.

PD: Hace un tiempo leí en internet, creo recordar que en algún foro, que a la práctica de llevar a los niños al cole se le llama "school running". Bueno, pues ayer era "deporte de riesgo".

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Por qué "Entre mimos y juguetes"?

La elección del nombre del blog me parece importante. Siento que es mi tarjeta de presentación y que debe resumir no solo el por qué del blog sino a la par, parte de la esencia de quien lo escribe.

Decidí lanzarme con este cuaderno de bitácora porque "El baúl de Mon" empezaba a reflejar de manera constante mi "yo" más maternal. Y es que la maternidad, hoy por hoy (y creo que para siempre ya) es la base de mi vida. Todas las historias y relatos que imagino últimamente tienen que ver con la maternidad, con mi manera de sentirla, así que pensé que lo mejor era abrir este nuevo espacio para intentar "desnudar" mis pensamientos y emociones en él. Sin camuflarlos en relatos. Aunque aún hoy creo que me va a costar un poquito.

Volvamos a la importancia del nombre (que me voy por los cerros de Úbeda): En principio se me ocurrió que se podía llamar "mamá, que ven", frase que utilizó mi hijo mayor (dícese piratilla1) durante bastante tiempo para reclamar mi presencia. En realidad debería ponerle el énfasis adecuado: - "¡mamáaaaaaaaaaaaaa, que veeeeeeeeeeeeeennnnn!!!!!!", en un tono ligeramente apremiante y alto.

Pero el día "de autos", en el que me lancé a escribir ya mi primera entrada, sentada en el sofá, con el portátil en las rodillas, miré al frente y vi el parque temático en el que se ha convertido el salón, sobre todo ahora que ha llegado el otoño y el mal tiempo de su mano. Juguetes y más juguetes. Acto seguido me vino otra palabra a la mente, "mimos". Sí, mi vida ahora se resume en mimos y juguetes, en niños, en hijos. Y los mimos sirven para todos, para la familia, para los amigos, para el marido de una (dícese capitán pirata) lo que me permite abrir mi abanico de posibilidades (sí lo sé, una explicación pillada por los pelos ¿verdad?). En fin, que en resumen, así quedó bautizado este blog.

Veamos a partir de ahora hacia dónde me lleva.

sábado, 22 de octubre de 2011

Mi pequeño cuaderno de bitácora

Un nuevo reto, llevar en la blogosfera mi pequeño cuaderno de bitácora.

Pequeño, sí, mi vida es muy sencilla: Mujer, hermana, hija, amiga, esposa, madre y ama de casa.

Un reto porque no sé si sabré llevar esto de publicar todo cuanto pienso y siento. Siempre he sido extrovertida, abierta, una cotorra... pero conforme va pasando el tiempo siento que cada vez me gusta menos hablar de mí. Y sin embargo aquí estoy, creando este blog. Menudo contrasentido.

Y este blog va.... de lo que surja. Simplemente.

Bienvenidos a quienes llegueis hasta él.