sábado, 26 de noviembre de 2011

Mi primer Premio



No me lo puedo creer. ¡Tengo un premio!. "Tu blog tiene duende" y me lo otorga mi amiga Kim, desde su blog El Mundo de Kim.

Este premio me emociona especialmente. Que alguien me crea merecedora de él, siendo este blog tan sencillo y humilde me sonroja. "Deverdaddeverdaddeverdad", que diría mi hijo mayor. Que alguien crea que "Entre mimos y juguetes" que cuenta nuestro día a día y mis pensamientos y emociones, tiene duende, hace que me sienta especial. Y eso me acaba de alegrar el día. Bueno, desde aquí todo mi agradecimiento a Kim. Y un abrazo.

Para recoger este premio tengo que decir mi palabra favorita y otorgárselo a su vez a otros cinco blogs.
Bien.... lo de la palabra favorita es difícil. Me cuesta escoger una.
Si me atengo al sonido de las palabras, me encanta la palabra "zarzaparrilla".
Si nos atenemos al significado de las palabras... me gustan varias y soy incapaz de elegir:
- "Mamá", me llena el alma. "Mamáaaaaaaaaaaaaa" me hace sentir importante.
- "Amamantar". Es don, es vida, es vínculo, es amor, es alimento, es emoción, es contacto.
Los cinco blogs a los que me gustaría, a mi vez, otorgar este premio son:

Mimos y Teta: Porque el blog y su bloguera tienen duende. Porque me atraparon como fiel seguidora desde la primera vez que llegué a ellos. Porque parece que a Nohemí la conozco de siempre o quizás de otra vida, porque tal vez en algún momento ya fue mi maestra.

Tenemos Tetas y Reeducando a Mamá: Porque expresan y escriben de una manera magistral lo que pienso y siento (y he de confesar que las envidio por ello). Porque de ellas he aprendido mucho, entre otras cosas a ahondar más en mi maternidad y en mi propia búsqueda. (Al igual que "Mimos y Teta" y "Amor maternal").

Amor Maternal: Me encanta participar en sus carnavales.

La escuela, mi mundo: Porque cada vez que la mamá que lleva a sus dos hijas a este cole me cuenta cosas, siento envidia.

Pero quiero añadir uno más. Espero que no importe el hecho de que sean seis.

La casita de Aroa: Porque Anuska es especial y muy bella por dentro y por fuera.

Conversación de Piratilla1 con su pediatra

Esta semana Piratilla1 ha visitado a su pediatra. Os voy a intentar "reproducir con la mayor fidelidad posible" la conversación que mantuvieron nada más entrar en la consulta.

Para ponernos en antecedentes debo contaros que piratilla1 pasa varias laringitis al año.

Su pediatra: ¡Hola Piratilla1! ¿Qué tal? Cuentame, ¿Qué te pasa?
Piratilla1 (con un dibujo para su pediatra en la mano y unas chocolatinas también para ella): Es mi amiga laringitis, que se ha metido en mi cuerpo.
....

La conversación siguió entre ambos y yo me quedé maravillada del cambio que ha vivido Piratilla1 con respecto a su pediatra. Le ha costado mucho vencer su miedo a las batas blancas, o más que vencerlo, controlarlo. Aún veo en su cara muchas veces las emociones que siente y piensa cuando estamos en el médico. Observar que confía en su pediatra y que se sienta seguro en su consulta me alegra muchísimo. Aunque creo que Piratilla1 será como yo.... nunca nos gustarán del todo las batas blancas y tenderemos a esquivarlas todo lo posible.

Pero en realidad hoy solo quería compartir la manera en la que Piratilla1 explicó cómo se encontraba. Me hizo gracia.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Soraya madre, Soraya mujer... Soraya ambición política

A estas alturas no sé ya en qué tono escribir esta entrada. Si hacerlo con salero o con ironía, con contundencia, con seriedad, con teoría... no lo sé. No sé ya si remitirme a entradas anteriores. No sé si intentar escribir cual panfleto incendiario o reivindicativo, o si expresar las ideas que me rondan en la cabeza sin otro afán más que el desahogo, mi desahogo. De hecho me tienta dejar a reposar la entrada en sí y leer la blogosfera maternal que frecuento mientras asiento mis ideas y emociones.

No sé si dirigir mis reflexiones a la persona que ha desencadenado esta entrada o a la sociedad que además la admira y la empuja (además de palmearla) a tomar decisiones como la que ha tomado. Me pregunto qué habrá pensado y sopesado ella... ¿se habrá cuestionado su ambición?, ¿habrá vacilado a la hora de tomar la decisión que ha tomado? ¿ha pensado en su hijo? supongo que sí... y sin embargo no la entiendo. Sé que no estoy en su piel, ni lo estaré nunca... que hablar de los demás es demasiado fácil... pero realmente ¿dentro de unos años quiere pensar que EL MAYOR éxito de su vida ha sido su carrera política?

Recuerdo mi mayor ambición cuando era estudiante, cuando comencé mi carrera: la escuela diplomática. Mi mayor deseo... Sin embargo ahora pienso en ello solo cuando echo la vista atrás. Mis ambiciones han cambiado, igual que lo ha hecho mi vida y mis circunstancias. Mi mayor ambición hoy en día es mi familia, son mis hijos y ser partícipe activa de su vida. Ser su principal persona de referencia, que sientan su mayor vínculo conmigo y no con terceras personas.

Con estas palabras no quiero animar a nadie a nada, que cada una elija su camino, que piense en sus por qués. Nada es blanco o negro.

Yo también quisiera desarrollarme en otras facetas, pelear por mi sueños como escribir un libro, un trabajo a media jornada... pero no puedo ni quiero olvidar que mis hijos son parte esencial de mi vida. Lo que lamento es que tal y como se concibe el mundo laboral hoy, en ese aspecto mi tren ha pasado de largo. Y me subí a otro, ser madre. Lástima que para subir a uno tengas que perder el otro. Sin segundas oportunidades, sin poder adaptarnos, sin poder abrir y cerrar etapas al ritmo adecuado.

Y una vez más pienso, políticos así no me representan. No van a defender bajas más largas, conciliación real, ni que seamos un poco más "noruegas". No van a defender pasar más tiempo con mis hijos, no promoverán medias jornadas, ni horarios intensivos laborales y escolares para que padres e hijos disfrutemos de tiempo en calidad y cantidad.

Yo no hubiera podido separarme de mis hijos a los nueve días de recien nacido. Ni por un segundo. Salvo caso de fuerza mayor y con todo el dolor, no sé si del mundo pero sí de mi corazón.

No comprendo hacia dónde caminamos, hacia donde nos lleva nuestra sociedad, aplaudiendo ejemplos como el de Soraya que se incorpora a su trabajo (con jornadas maratonianas como tienen los políticos) dejando a sus recien nacidos, porque es lo que son, recien nacidos, a los cuidados de otra persona, de alguien que NO  es su madre y al que el niño no necesita, porque lo que necesita es el calor y los cuidados de su madre. No somos conscientes (y no queremos serlo) de lo que realmente supone la ruptura tan temprana de la diada madre/hijo.

Nos estamos olvidando de niños y ancianos. Sí nos estamos olvidando de ellos creyendo que no hace falta que les cuidemos nosotros mismos cuando pueden hacerlo otras manos expertas que no son las nuestras. Y no es lo mismo,  no lo es. Ni los cuidados, ni la dedicación, ni los medios, ni las ganas, ni la paciencia ni nada de nada. Contamos, "valemos", en nuestra etapa productiva, como trabajadores activos.

Evidentemente cada una vive su maternidad como quiere y puede... como sabe o como le dejan... pero a veces me pregunto si en aras de la libertad de acción y de decisión, de la igualdad, no estamos "patinando" . Nos están convenciendo de que renunciemos a nuestra maternidad, que la compartamos para que no nos moleste ni nos separe ¿de qué? de quién? 

Prefiero pensar que nos queda por delante un "neofeminismo" donde seamos conscientes de que es importante vivir la maternidad y ser parte consciente de ella. Por placer, por instinto, por inversión de futuro, sí, por eso también, porque una madre en casa en los años más importantes y decisivos en el desarrollo físico y emocional de un niño es invertir en un futuro y un mundo mejor.

Prefiero pensar en que podemos reflexionar sobre lo que significa CONCILIAR (elegir sin renunciar)  y luchar por conseguirlo.


Entradas en otros blogs:





jueves, 17 de noviembre de 2011

Yo también quiero ser noruega (Editado)

Os emplazo a leer el siguiente artículo de Ileana Medina, en su blog Tenemos tetas:


Solo quiero añadir:

Yo también quiero ser NORUEGA.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mis abuelas (101 años II)

Este domingo pasado falleció una de mis abuelas, la única que me quedaba. Con 101 años. Toda una vida, nunca mejor dicho, un siglo entero.

El desenlace, aun esperado, me pilló desprevenida. Supongo que de algún modo hace ya unos años que doté a mi abuela paterna del don de la inmortalidad. Parecía que siempre seguiría entre nosotros mientras despedíamos a otros miembros más jóvenes de mi familia, como mi madre.

Y desde el domingo llevo pensando en las mujeres de mi familia, en las que ya no están. En lo importantes que han sido y en lo que han significado para nosotros, para mi. En cómo las he percibido.

Tres mujeres, tres corazones, tres caracteres.

Mi abuela materna. Ha sido una de las personas fundamentales en mi vida, todo un pilar. Lo más. No tengo otras palabras. Conexión 100% en todos los niveles. Una mujer dulce y cariñosa, exquisita, sabia. Fue un regalo tenerla como abuela y disfrutarla hasta casi mis treinta años. Los mismos ojos verdes que mi madre.

Mi abuela paterna. Como carácter, completamente diferente a mi otra abuela. Seria, de pocas palabras. Su vida ha sido muy dura. Aprendí a conocerla, a entenderrla, con los años. Su figura, se ha ido haciendo más cercana, más entendible en los últimos años sobre todo, gracias a la labor de sus hijos, que con conversaciones, experiencias y recuerdos han conseguido que la perfile de otra manera.

Ambas longevas. Ambas importantes, raices de su matriarcado.

Ahora me doy cuenta que en ambos casos me he quedado sin millones de preguntas por hacerles, millones que recuerdos sobre los que preguntar...

A mi abuela materna siempre la tuve cerca. Sin embargo la distancia no ayudó a conocer mejor a una abuela cuyo carácter era pura coraza, puro escudo, lleno de circunstancias difíciles que lo habían moldeado.

Mi madre.... quizás sea mejor dedicarle otra entrada.

Políticos así no los quiero... (II)

En las noticias de hoy leo un titular sobre la malinterpretación que se ha hecho del discurso del Sr. Griñan:


Bueno, ya está. Estamos en campaña... ¿Cómo no iba a aparecer el cruce de acusaciones?


A ver cómo explico lo que siento, es que este tema me toca demasiado hondo....

Señores...Si es que esto no es política, ni color de partidos, ni derechas ni izquierdas. Esto, señores, es mucho más importante. Ni tan siquiera es solo la descalificación de la lactancia materna (que ya de por sí.... da para que me indigne).

Es una forma de ver la maternidad, la vida, de pensar en nuestros hijos, de "invertir" en un futuro mejor, de demostrar que las cosas tal cual están NO FUNCIONAN.

Y pasando ya a contestar...

Pues no me siento tampoco una talibana, qué le vamos a hacer. Ni sigo sintiéndo el feminismo que se defiende en el discurso. Sigo pensando igual que ayer.

Talibanismo. ¿Defender la LM es talibanismo? ¿promocionar la LM como lo que es, lo mejor para la salud del bebé y de la madre es talibanismo? ¿apoyar a las madres para que se informen y disfruten de su periodo de lactancia? ¿Agruparnos para encontrarnos más cómodas y comprendidas, buscar "la tribu" es talibanismo?

Por poner otro ejemplo: ¿Todos los esfuerzos y medios que se emplean para concienciarnos de que fumar es malo y para dejar de fumar, legislación incluida, también le parece "talibanismo"?

En todo el tiempo que llevo inmersa en grupos de apoyo, en foros, en blogs, en entornos que activamente buscan que la LM tenga el sitio de honor que se merece en la sociedad, solo he visto personas bien dispuestas a ayudar, a entender, a comprender, a acompañar,  SIN PRESIONES.

La presión, la culpa, la generamos nosotros mismos, en este caso nosotras.

Sobre todo si no tenemos las cosas claras.

Sobre todo si la información que nos llega en muchos casos es erronea, incompleta e incluso contradictoria.

Sobre todo si luego nos quedamos SOLAS en nuestra lactancia sin AYUDA de nada ni de nadie ni tan siquiera para cuando comienzan los problemas.

Y si he de seguir hablando... sobre todo porque con las ayudas que nos ofrece el estado no vamos a ningun lado sino que nos pegamos las 16 semanas angustiadas pensando en cómo haremos todo cuando nos tengamos que incorporar a nuesto trabajo e intentando adelantar y arreglar acontecimientos antes de tiempo.

Por otro lado, como madre que ha amamantado varios años yo también puedo hablar de presión, de incomprensión y de rechazo. De la necesidad de dar mil y una explicaciones y justificacíones, del rastreo de información por la red para sentir que la ciencia me avala y para poder acallar consejos no deseados. De mi necesidad imperiosa de buscar un hombro en el que quejarme y un abrazo en el que consolarme. De llegar a un grado donde lo único que he deseado es que me dejaran en paz con mi forma de crianza, sin querer convencer a nadie de nada, solo que me dejaran en paz.

Y más aún, puesto que él mismo es político... Si desde las propias instituciones públicas ha habido un giro en los últimos años para la promoción de la lactancia por considerarlo un tema de salud pública, si allá donde uno busque, sobre todo en el propio mundo médico, todo señala y avala las bondades de la lactancia materna.... ¿dónde queda el talibanismo en todo esto?

Lo que la mujer necesita es que le ayuden a ser mujer, a vivir esta etapa de los primeros años y cuidados de sus hijos con otras medidas, eso lo tengo claro. No escupiéndola del mercado laboral sin remedio por el mero hecho de haber querido ser madre. No negándole sistemáticamente el derecho a elegir con total libertad. No llamándola "machista" o "mantenida" si elige un camino que no es el habitual (habitual no significa equivocado).

En todo este tema, además de las mujeres están los niños, nuestros hijos. NUESTRO FUTURO Y EL DE TODA LA SOCIEDAD.

De todos modos, esta frase lo dice todo: "Ladran Sancho, luego cabalgamos".

martes, 15 de noviembre de 2011

Politicos así no los quiero

Como mujer, como madre, como identidad.... NO me representan.


Para muestra, un botón:

"Desde que estalló la crisis, José Antonio Griñán no ha parado de analizar, en público y en privado, sus causas y sus consecuencias. Desde todos los puntos de vista. Ayer en un encuentro con colectivos de mujeres advirtió de una las derivadas de la catástrofe económica: el de la "ridiculización" de los avances en materia de igualdad y del "retroceso en la conciencia ciudadana" de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. ¿En qué se nota? En todo, según él. En que vuelve a ponerse el acento en el "papel reproductivo de la mujer", creando en las mujeres una "mala conciencia", por ejemplo, para que opten por la lactancia materna de los hijos, algo que él describió como una forma de "canibalismo"."

A esto yo lo llamo descontextualizar y manipular. Leo el artículo de El País y solo pienso: a la caza y captura del voto.

No creo en ese feminismo y no me siento más machista por ello. Creo en la mujer, en sus capacidades, en sus logros, en su fueza y creo en su IDENTIDAD. Esa identidad que le hace única.

No quiero ser un hombre, quiero ser MUJER PLENA. Y si como mujer puedo parir, puedo amamantar y criar, quiero hacerlo. Y debería poder hacerlo sin renunciar a nada o renunciando a todo. Debería poder ELEGIR. Sin sacrificios, sin pérdidas.

Aceptemos nuestra identidad y sus ventajas.


Por una conciliación verdadera, por más tiempo con nuestros hijos. Por una maternidad consciente.

Otras reacciones:

Videos : Crianza con apego y Lactancia en TV (Mimos y Teta)

Quiero aprovechar esta entrada para enlazaros con el blog Mimos y Teta y su siguiente entrada:

Vídeos: Crianza con apego y Lactancia en TV

Ahora mismo he terminado de ver el vídeo en el que se entrevista a Rosa Jové. Como siempre que la escucho o la leo, siento que sus afirmaciones son lúcidas, claras, lógicas y sencillas. Y me alegra ver que cada vez se habla más y en más entornos de la crianza con apego.

Rosa Jové: Es verdad, cuanta razón. Porque se lo debemos, porque nos enseñan, porque lo valen.

Nohemí: Gracias por encontrar y colgar en el blog estos vídeos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

Nubes negras

Juro que cuando decidimos volver a ser padres pensé que todo iría rodado. Me apetecía mucho volver a ser madre, estaba orgullosa de la familia que estabamos formando, del vínculo con mi hijo, de la armonía familiar. Avanzábamos etapa por etapa, aprendiendo juntos. Eso fue lo que más me animó.

Cuatro en casa, era cerrar un círculo que habíamos comenzado dos cuando nos dimos la mano por primera vez a escondidas de todo el mundo, incluso de nosotros mismos y de nuestros sentimientos.

Y somos cuatro. Y soy feliz, lo soy, pero nada es como intento ( como quiero que sea). Y me pongo en el centro de este pensamiento. Desde que nació mi segundo hijo parece que no consigo hacer nada a derechas, nada como debiera, como siento que deseo ser. Al revés juraría que me alejo más y más del ideal de madre que mi mente llevaba tiempo construyendo (consciente o inconscientemente).

No me encuentro, no me hallo, siento una dualidad como madre. A veces parezco dos madres primerizas en vez de "madre por segunda vez". Me sé la teoría (la que quiero aplicar), creo firmemente en... y luego... una y mil veces al cabo del día exploto, me rindo, me siento sobrepasada.

- "Tranquila, todo será más fácil". Tal vez sí, tal vez no... Evidentemente hay realidades que ya conozco y me las tomo con otra templanza pero aun y todo cada día hay más de un momento que me lleva a la reflexión más profunda y enrabietada. Tengo la sensación de haber cambiado, de sufrir una especie de desdoblamiento que me convierte en.... madre y madrastra malvada, en hada y en bruja mala... En la madre que soy y la que quiero ser.... y siento, cansada, que vivo una lucha constante con el universo completo.

Cuando suelo llegar a este extremo siempre veo apenada quien paga mi falta de ubicación (o esa sensación constante de encontrarme perdida). Piratilla1, mi hijo mayor, al que exijo más de lo que debiera y con el menos paciencia tengo.

Odio pensar en la posibilidad de fallar a mis hijos, en no saber darme entera, completa; en el hecho de estar siendo el peor ejemplo; en fallarles a la hora de ofrecerles los valores, las herramientas necesarias para que afronten la vida con valentía, con tesón y con corazón.

En resumen: mi cabeza es una mezcla de caos mental y centrifugadora a toda pastilla.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Una misma situación, dos reacciones distintas

He de comenzar escribiendo que en realidad ésta no era la entrada que tenía pensada para hoy.

Quería hablaros de Piratilla2 que ya "gatea" o más bien "oruguea" (porque se arrastra como las orugas) y de Piratilla1 y su visita de esta misma mañana a la biblioteca municipal de nuestro barrio con su clase. (Me he quedado tomando un café junto al colegio solo para ver de "estrangis" como salía del cole camino a la "biblio"). Visita, by the way, en la que se encuentra inmerso ahora mismo. (La entrada iba a titularse "hitos" de la semana).

Pero no. Me ha pasado algo, una anécdota en el supermercado y os la voy a contar porque creo que tiene su moraleja o su trasfondo, como prefirais.

Situémonos.

Piratiila2 y yo en la cola del supermercado, tras realizar una pequeña compra mañanera. Mis manos repletas (porque pensaba adquirir dos cosas y han sido seis) y conduciendo la silla del niño (una vez más debería haberme inclinado por ir con la "mei"... cachislamarsalada).

Delante nuestro un chico joven, detrás una mujer ("chica" si quereis puesto que sería de mi edad, ejem ejem). Los tres más o menos con parecido volumen de compra.

Al verme el chico, muy amablemente, me ha querido ceder el paso puesto que yo llevaba un bebé. ¡Me dejaba pasar primero en la cola!! No me lo podía ni creer. Piratilla2 estaba tranquilo mirándolo todo así que se lo he agradecido varias veces, le he dicho que no era para nada habitual que alguien se tomara la molestia de ofrecer lo que él me estaba ofreciendo y que como el niño estaba tranquilo esperábamos nuestro turno.

Sin embargo, la mujer que teníamos detrás debía de llevar prisa (cuanto menos) porque sin darme tiempo a descargar la compra de mis brazos ya estaba inentando poner su compra en la cinta de la caja. He tenido que adelantarme porque, aun no teniendo la seguridad sobre sus intenciones, tengo la impresión (y repito, la impresión)... bueno ya os lo imaginais...

Me quedo con lo positivo. Con ese chico que con tanta delicadeza nos ha ofrecido que pasáramos primero para que Piratilla2 (y yo con él, claro) no tuvieramos que esperar más que lo estrictamente necesario.

¿Qué os parece?

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cuando un virus "se instala" en nuestra casa

Nuestro universo hogareño se vuelve aún más del revés si cabe.

Y es lo que está sucediendo estos días.

Creo recordar (no soy demasiado amante del género de terror porque lo paso de pena y luego no consigo dormir en días) que en las películas sobre vámpiros la primera advertencia que se hacía era que uno no entraba en casa salvo que se le invitase. Pues con los virus pasa igual.

Piratilla1 es el pobrete que generalmente los trae a casa (niños-cole-temporada otoño invierno igual a temporada alta de -itis).  Pero los virus, como genuinos invitados no deseados, no tienen suficiente con conseguir que Piratilla1 esté pocho unos días, sino que deciden aposentarse unos cuantos días más y atacar al resto de la familia.

Capitán Pirata se suele quedar los catarros y yo parece que siento debilidad por los que te machacan el estómago: dícese gastroenteritis por ejemplo (como la que mi pobre cuerpo maltrecho sufre desde ayer).

Piratilla2, de momento, parece que se inclina por los mocos, aunque con siete meses que cuenta actualmente es demasiado pronto para acertar con sus inclinaciones (o más bien puntos débiles) al respecto.

Dicen que poco a poco, cada año, cada curso, se inmunizan mejor y vas dejando atrás estos malos ratos. Yo no veo el momento para que suceda porque el tema de las enfermedades, por vanales que sean, lo llevo mal mal mal.

Y en estas estamos... de -itis y fuera lloviendo. Buena combinación para detestar cada año más el otoño-invierno.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Llevo días...

Llevo días "rumiando", con un runrun que me acompaña desde hace unos meses y no me deja estar tranquila. Porque no me gusta lo que pienso: no me gusta cuando actúo así y porque no sé cómo evitarlo.
 
Llevo días pensando en la herencia educacional y en escribir sobre ello, pero no consigo arrancar. Quizás aquí y ahora sea lo adecuado. En realidad son preguntas que me hago: ¿Cuánto tenemos de esa herencia educacional en nuestros actos?, ¿somos conscientes de ella?, ¿estamos de acuerdo con ella?, ¿nos alegra, nos incomoda, nos pesa?, ¿es inevitable o se puede borrar?, ¿la aceptamos?.
 
Llevo días queriendo escribir sobre la idea de "ser madre de dos". De contaros mis más y mis menos porque una vez más no solo disto mucho de ser perfecta sino que cada vez me alejo más de ello.

Llevo días con la sensación casi física, palpable de que la paciencia se me escurre de entre mis manos y no consigo entender por qué no puedo retenerla, por qué no puedo guardarla y emplearla.

Llevo días rehuyendo esas lecturas que tanto me han reconfortado, enseñado y acompañado desde que empecé mi maternidad. Esas teorías que han calado tan hondo en mi pensamiento y que a veces me duelen porque me recuerdan que no siempre consigo llevarlas a la práctica.

Llevo días sintiendo que La Culpa me da la mano, se convierte en mi sombra y no deja que me perdone ni avanzar.

Llevo días recriminándome mi necesidad de ser la madre perfecta cuando quizás sería mucho más justo reconocer mis limitaciones y ponerles solución.
 
Llevo días queriendo expresar con palabras cuánto lamento perder los nervios y gritar. Cuántos remordimientos siento y lo poco o nada que creo que puede servir esta actitud cara a nuestros hijos. Yo soy su espejo y su ejemplo. No sirve de nada que les guie si ese es el reflejo que perciben.

Llevo días pensando que en esos casos lo único que puedo hacer es pedir perdón a mi hijo mayor, a mi piratilla y demostrarle que no soy perfecta pero que me doy cuenta de mis equivocaciones y que no me molesta pedir perdón cuando es necesario. Él es generoso y me perdona y olvida. Un sabio ejercicio que muchas veces los adultos olvidamos.

Llevo días intentando justificarme, intentando sentirme mejor. Hacer borrón y cuenta nueva.

Y ayer,  revisando en el buzón de entrada, veo esta entrada del Blog de Sarai Llamas:

Y me siento identificada. Y pienso: "yo no lo podría expresar mejor".

domingo, 6 de noviembre de 2011

La inmediatez como concepto vital de mis hijos

La inmediatez como concepto vital de mis hijos

Sábado. Mediodía. Capitán Pirata (que Dios guarde muchos años) va a salir "de expedición" (entiéndase, a hacer recados). Se va a llevar con él a los Piratillas. Me pide que prepare a Piratilla2. Me dispongo a ello. Como hace frío le pongo su buzo-osito (con orejillas en el gorro), le abrigo con su bufanda y le siento en la silla de paseo con el saco de invierno. - "Listo" - anuncio.
Y en ese preciso instante Capitán Pirata (que Dios guarde muchos años) decide que es el mejor momento del mundo para tender la ropa. Debo anotar en su descargo que me parece genial el hecho de que compartamos tareas sin tener que perseguirle por la casa insistentemente para los quehacereres. Peeeeero hay algo que se llama (y aquí viene la idea del título): La inmediatez como concepto vital de mis hijos (e imagino que igualmente válido para todos los niños).

La consecuencia empírica de tal título: Piratilla2 protesta enérgicamente porque está preparado para salir. Ya. De inmediato. Ipso facto. Y no entiende por qué no se hace. No comprende de minutos, de "espera un poquito", de "acabo enseguida". Es un bebé. Y ya está.

Creo que después de explicado este concepto convenientemente a Capitán Pirata, éste tomará las medidas pertinentes la próxima vez.

Lo he escrito en clave de humor (o por lo menos, era mi intención) pero en realidad, es la pura verdad.

No son conscientes del tiempo, no al menos al uso de los adultos. Tienen su propio concepto: "el tiempo de los duendes" lo titulé en un relato corto hace un tiempo. A su ritmo, con sus propias prioridades, con sus propias necesidades, adaptadas a su edad, a su vida, a su día a día.

Ellos aún son capaces de pararse a admirar el detalle más simple o para escuchar la melodía que surge del violín de un musico callejero.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Libros infantiles. Carnaval de blogs "Estamos leyendo"

El siguiente artículo forma parte de la iniciativa Estamos Leyendo, un Carnaval de Blogs iniciado por Amor Maternal para fomentar la lectura con los hijos y recopilar libros con historias positivas.

Estamos Leyendo. Carnaval de blogs de Amor Maternal

Amor Maternal comienza un nuevo carnaval y yo siento debilidad por sus carnavales.

Puesto que hablamos de libros no me decidía si participar con este blog o con El baúl de Mon . Pero aquí estamos en "Entre mimos y juguetes", mi pequeño espacio personal.

Bien. Yo elijo para estae carnaval un clásico.
"El Principito". De Antoine de Saint-Exupéry.
En esta edición concreta: Edición Pop-up. Editorial Salamandra.

"El Principito" ha formado parte de la biblioteca de mi casa desde siempre. Mi padre, gran lector, siente fascinación, con razón, por este libro. En versión original, en francés, o traducido al español, ambas ediciones siguen en casa. Y cada vez que elijo una de sus páginas al azar me sigo asombrando por su sentido y su magia. No conozco un autor con mayor capacidad para ver a través de los ojos de un niño, con mayor capacidad para seguir siendo un niño, para ponerse en la piel de un niño.

Como no, mi padre ya les ha regalado el libro a sus dos nietos. En la edición Pop-up. Mi hijo mayor, Piratilla1, lo está descubriendo ahora, poco a poco y le encanta que le lea el diálogo en el que el Principito le pide al piloto perdido que le dibuje un corderito (¡qué recuerdos! mi padre me enseñaba francés con ese libro y recuerdo perfectamente ese diálogo).

Creo que "El Principito" no hay que recomendarlo, no es necesario. Hay que descubrirlo y disfrutarlo.


jueves, 3 de noviembre de 2011

La vida es un juego (para Piratilla1)

Definitivamente, para Piratilla1 la vida es un juego. Sí, para Piratilla2 también, más aún si cabe puesto que es un bebé, de hecho no me costaría nada creer que probablemente para él la vida sea "teta".

Pero es que en el caso de Piratilla1, ésta es una frase que me digo casi prácticamente cada noche, cuando finiquitamos el día y ambos están ya en los brazos de Morfeo.

La vida es un juego. Y cuando escribo la vida me refiero a todo, todito, todo. Cada cosa, cada momento, cada situación. Durante tdo el día. Sea lo que sea, todo puede ser digno de ser tocado, de ser usado para jugar y para imaginar. Todo puede ser lo que es y un millón de cosas más.

Simple pero agotador.

Agotador porque soy "la adulta" y ya no pienso como cuando era niña (una pena la verdad), porque desapareció ya toda esa magia y esa frescura, porque ya no tengo ni la energía ni la imaginación, porque estoy contaminada, llena de etiquetas, recomendaciones, consejos, miedos, dudas que se entremezclan. Porque muchas veces no le entiendo, porque me canso, porque tenemos prisa, porque... porque... porque....

¿Y él? ¿no es feliz? ya lo creo. Mucho.

Le envidio. De verdad, de corazón. LE ENVIDIO.

Y aquí lo dejo, Piratilla2 me reclama.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Hace un día de perros

O por lo menos a mí así se me antoja esta mañana. Así que por más que llevo un rato sentada con el portátil, mirando la plantilla del blog para las nuevas entradas, no consigo encontrar nada medio decente que contar. Me falta la inspiración y la culpa es del día de perros que hace. Seguro.

Quizás tenga que ver el hecho de que a pesar de ser miércoles, eso sea teórico y en la práctica estemos a lunes, dado que hemos disfrutado de un estupendo puente que terminó ayer.

Quizás tenga que ver con el día que hace. Otoñal. Otoñal, sí, pero "otoñal-perroperro" no otoñal, plácido, templado y de viento sur con el sol en lo alto, de los que te alborotan y alborotan a los niños (como los que recuerdo de mi infancia en mi pueblo, en la costa. Recuerdo esos días y recuerdo a mi madre que nos decía, "hoy hace tiempo de palomas").

Fuera suena una ventolera impresionante. Lo oigo, sin parar. Os lo dije, vivimos en la Patagonia española, el viento no te deja ni a sol ni a sombra, en cualquier estación del año y con la consiguiente sensación térmica desagradable en invierno (que por cierto, aquí dura ocho meses de doce).

A la par que el viento, llueve. El día por tanto es gris plomizo y como tal, triste.

Y es un rollo porque a mi cabeza y a mi corazón le gusta el sol, el calorcito, la luz. No me gustan los días como hoy (estareis pensando, "ay niña, y lo que te rondaré morena"). No sé yo si en otra vida debí ser lagartija.