jueves, 20 de septiembre de 2012

Como dice la canción

Ayer me quedé hasta tarde frente al televisor. Vaya usted a saber, me "enganché" a un nuevo concurso televisivo para nuevos artistas.

Hubo un momento del programa en el que la abuela de uno de los aspirantes le cantó al presentador la siguiente estrofa de una conocida canción:
"Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,

más que al aire que respiro
y más que a la madre mía. "
El presentador le dijo: "esa canción me la cantaba mi madre cuando yo era pequeño". Y creo (me dió el pálpito) que no ha sido la única madre que la ha cantado.

Si lees la letra entera habla de un amor desagradecido e ingrato de pareja. Un amor desgarrado, sufrido. Pero si nos atenemos a la estrofa ¿quien puede decir que no sea lo que pensamos/sentimos todas las madres por nuestros hijos?

Mi padre, nada más nacer mi primer hijo, me dijo varias frases que se me han quedado muy pero que muy grabadas:

- La primera fue que mi hijo (mis hijos, con la llegada del pequeño) eran mi mejor obra de arte.

- La segunda fue que la maternidad me cambiaría. Me cambiaría porque me haría comprender lo que es la generosidad. Me convertiría en alguien que olvidaría sus egoísmos.

- La tercera fue con respecto a mi modo de criar. Me dijo: "el arte es difícil, la crítica fácil".

Y el tiempo no hace sino darle la razón en las tres.

Cada vez que miro a mis hijos veo en ellos mi mejor decisión, mi mejor "obra". Lo mejor no solo de mí, sino de su padre. Ellos, sobre todo ellos, son los que nos han convertido en "familia" y han dado vida a ese concepto. Lo han hecho realidad.

Cada vez que pienso en ellos tengo claro que por ellos lo daría todo.Son mi máxima alegría y mi máxima preocupación. Son mi alma y como dice la cita: "el ancla de mi vida". Sin ellos me volvería gris y mustia porque le han dado color y mucho sentido a mi vida. Son mi prioridad absoluta, sin duda alguna.

Citando a un amigo mío "cada uno cría como quiere y/o como puede". Y sí, de verdad de la buena, criar es difícil y la crítica es fácil. Y no solo quiero tenerlo presente para cuando siento que me critican a mí sino para recordarme que juzgar es rápido y a veces de lo más inexacto. Todos somos nosotros y nuestras circunstancias, como decía el filósofo y es una mochila que todos, todos llevamos a nuestra espalda. Por otro lado, la críanza y lo que te remueve y las críticas o "consejos no deseados" son un gran acicate para evolucionar, para escucharte, para sentirte. Y sean cual sean tus tesituras amas a tus hijos con una intensidad tal que a veces hasta te deja perpleja.

La maternidad sí te cambia. Sí. Y el cambio va más allá de la agenda laboral o social que tengas, del estilo de vida que hayas llevado hasta ese momento. El cambio es mucho más profundo a la par que sutil. Mucho más largo en el tiempo y mucho más intenso. Cambias desde muy adentro. Y ese cambio pronuncia tu nombre y te reclama aunque gires la cabeza y no quieras escucharlo porque como dice la canción:

"Te quiero más que a mis ojos,
te quiero más que a mi vida,

más que al aire que respiro
y más que a la madre mía. "




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