domingo, 14 de abril de 2013

¿Quien dijo que era fácil?

¿Quien dijo que la maternidad es fácil?

No lo es. Doy fe de que así es. La maternidad es compleja y por tanto se pueden añadir muchos adjetivos a la misma: gratificante, agotadora, intensa, rica en matices.... pero no es fácil. ¿Por qué? para responder a esta pregunta creo que me viene fenomenal la frase de Ortega y Gasset: "yo y mis circunstancias". Son muchos los factores que forman parte del coctel de la maternidad: tu personalidad, la de tus hijos, el entorno familiar, el trabajo, incluso la forma de criar o nuestras expectativas respecto a la vida, a la familia, a la crianza. Incluso esa parte "heredada" de como entendieron la crianza y educación con nosotras.

Para mí últimamente no está siendo fácil porque no consigo ser la madre que quiero ser, porque veo que tropiezo una y otra vez en los mismos errores que no quiero cometer entrando en una dinámica de riñas, enfados y lucha de poder constante.

Así que desde hace unos días me viene a la mente una frase que se utiliza mucho en la crianza con apego y que nace de una novela con la que también me siento relacionada en este momento:

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde y es que así me veo como madre en este momento, a veces Jekyll, a veces Hyde y sin saber por qué Hyde entró a formar parte de mi "lado oscuro".

La frase dice así: "quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite". 

En la crianza con apego hace referencia a entender, comprender y escuchar a nuestros hijos justo en esos momentos en los que sentimos que se portan "peor" y no conseguimos llegar a ellos. Momentos de berrinche o rabietas, de demandas.

Sin embargo creo que esta frase también sirve a la inversa y le estoy haciendo mía. Hoy es lo que les quiero decir a mis hijos: "Queredme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite".

Sí. 

Queredme en mis enfados y en esos momentos en los que no respondo adecuadamente.

Queredme en mi cansancio y en el sueño de las malas noches.

Queredme en los momentos donde digo "espera", "dentro de un rato", "ahora no puedo".

Queredme en mis dudas, en mis culpas y hasta en mis sombras.

Es entonces cuando más os necesito.



No, no es fácil.

Os enlazo, aprovechando, dos entradas que personalmente me han llegado muy hondo y me han venido muy bien para "catalizar" mis propias sensaciones.




4 comentarios:

  1. Claro que te quieren en esos momentos, créeme que sí.
    Un abrazo!

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  2. Por supuesto que te quieren, no es mejor madre la que no se equivoca, sino la que es capaz de pedir perdón y rectificar.
    Nadie dijo que fuera fácil, pero desde luego merece la pena ;)
    Besitos.

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  3. Gracias Anuska. Gracias Kim.

    Como dice Carlos González, "tu hijo es generoso". ¿Verdad?

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  4. Nadie consigue la perfeccion, y desde luego la madre perfecta (la que no se enfada nunca, la que esta disponible el 100% del tiempo con una sonrisa) por mucho que nos lo vendan tampoco existe. Creo que cualquier madre con un minimo de conciencia de su "yo" se ha planteado algo parecido a lo que explicas, y simplemente hay que saber que se puede mejorar cada dia un poquito mas, para poco a poco rozar la perfeccion.

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