Llevo un rato dándole vueltas a escribir o no sobre cuanto sigue en las próximas lineas.
Quienes me lean probablemente sientan lo mismo que yo. A quienes va dirigido (no pienso poner ni un solo enlace ni hacer mención expresa de ningún nombre o título de artículo) no me leerán, claro que si lo hicieran no me tendrían en cuenta... ¡qué más da si es SOLO UNA MADRE! a la que por cierto habría que "reconducir".
Efectivamente, ese es precisamente el quid de la cuestión. Que soy madre.... a eso me refiero.... no a que necesite "ver la luz" ni ser reconducida.
Insisto, pesada y reiterativa que es una:
Soy una mujer que se transformó en madre. En la madre de dos niños, mis dos hijos. Ni más ni menos. No pretendo ser la mejor madre, ni tan siquiera mejor madre que nadie. Tan solo quiero ser madre y disfrutar de ello utilizando mi instinto y mi sentido común. Y creo que lo tengo, que para ello me guiaron en su día mis propios padres.
Como sabréis de sobra, últimamente no hacen sino aparecer artículos donde se habla... digo se pone a caldo... una manera de entender la maternidad. La llaman religión, la tildan de secta, la tachan de extremista, machista, talibana.... Calentito está el tema, calentita está la Red y la blogosfera. Y mira por donde es precisamente la forma de criar que he elegido yo.... o más bien la forma de criar que me ha elegido a mí.
Hace casi cinco años "´nací" como madre. Y de la mano de mi hijo, de mis hijos he recorrido un camino. Es un camino que inicié llena de dudas y de miedos y que me ha hecho la vida más fácil.
Es el camino que pronto se volvío recta, con unas vistas maravillosas, con rincones en los que reposar y que admirar. A veces vienen curvas y pendientes, pero se afrontan y pasan y vuelven otras rectas. No pretendo que nadie tome este camino si no lo desea pero me cansa que desprestigien a quienes decidimos hacerlo conscientemente. Nuestras motivaciones tenemos, nuestros principios y son tan válidos como los de cualquier otra persona.
No me considero sectaria, ni talibana, ni creo haberme embarcado en una nueva religión (vale, sí... que es una licencia literaria o al menos eso espero). Tan solo intento criar y educar a mis hijos lo mejor posible: como puedo y como quiero. Me buscado información, no a ciegas, no.... he leido mucho y evidentemente me he quedado con todo aquello que me ha gustado, que me ha servido y que me ha reconfortado. Y con "todo aquello" me refiero a libros, autores, escuelas, tendencias, estudios, investigaciones, teorías. Porque hay de todo en botica. Sí, blanco, negro y grises. Lo que me queda claro es que no hay muchas grandes verdades universales. Quizás sí.... una..... EL AMOR es lo que mueve a una madre.
Por lo que a mí respecta:
Soy una madre como cualquier otra. Opté por la LM a demanda y tan prolongada como surja. Y he colechado.... y colecho. Mis hijos han tenido todos los brazos que han querido y en la medida que he podido o ha surgido he porteado. Como otros cientos de madres, más allá de tiempos y modas. Simplemente porque las madres que conozco elijan lo que elijan lo hacen pensando en el bienestar de sus hijos.
Pongo límites y tengo el "no" en la boca muchas, pero que muchas veces al cabo del día. Intento preocuparme por su inteligencia emocional, por inculcarles valores, por hacerles BUENAS PERSONAS.
Considero a mis hijos lo más importante de mi vida, con diferencia pero no creo haber descubierto nada con esta afirmación ni me siento una extremista. Una vez más solo soy una madre... como todas las demás. ¿Qué madre no adora a sus hijos?
Y sigo siendo hija. Y sigo siendo hermana. Y sigo siendo esposa. Y sigo siendo amiga. Y en todas estas facetas no me he quedado sola. Me acompañan mi padre, mi hermana, mi marido y mis amigos. Y para todos y cada uno de ellos sigo siendo YO.
Hay cabida para todos y para todo en mi universo.... en mi reino de madre. Tan solo quiero que al igual que "vivo y dejo vivir" lo hagan conmigo y se deje de cuestionar LA OPCIÓN DE CRIANZA que he elegido.
No quiero que me "demonicen", no creo merecerlo. No quiero ser la diana de nadie.
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