Desde hace algo más de dos semanas sufro un revés de salud que me ha obligado a frenar e intentar reposar si eso es posible con dos niños en casa. Ha sido un revés que me ha tenido en jaque y que aún perdura.
Durante este tiempo que el cuerpo no me seguía pero la mente sí y en vistas de que me esperan pruebas médicas, mis pensamientos más recurrentes se centraban y se centran en los niños. En ellos y en mí, en la necesidad de nuestra presencia en sus vidas como padres.
No sólo eso, no sólo es que te des cuenta de lo necesario y vital que eres para ellos sino que te vuelves plenamente consciente de lo que tú les necesitas a ellos.
Todo se vuelve relativo, todo puede pararse, casi todo puede esperar.... pero lo que revolotea ante la preocupación por la pérdida de salud es.... ¿Y si yo falto? Ellos, siempre ellos y lo digo emocionada porque lo cierto es que a día de hoy, con o sin salud, sin ellos no soy nadie.
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