Erase una vez una niña de catorce años con un sueño: De mayor sería diplomática. Cuando la superiora de su colegio lo supo le dijo que era imposible porque debía cuidar de sus padres cuando estos fueran mayores.
Esta niña fue a la universidad y comenzó la carrera de Derecho. Seguía queriendo ser diplomática. Seguía convencida de su sueño. Cinco años lo cambiaron todo: Quizás fue cobarde, quizás no creyó en ella, quizás no lo intentó con todas sus fuerzas, quizás.... fue todo y nada....
Hubo quien con el mismo sueño se acercó a hablarlo a algún profesor y luego contó a la joven la respuesta del mismo: Eran jóvenes, se veían con toda la vida por delante, pero cuando llegara el momento de querer formar una familia ¿quién les seguiría a ellas?
Hubo más comentarios: sin padrino no hay embajada.
Acabó, se licenció... pero no apostó por intentar las oposiciones de la carrera diplomática. Nunca supo si esas afirmaciones se cumplirían o no.
Su vida siguió entre varios trabajos y domicilios. Se enamoró, se desenamoró, rió y lloró. Se casó. Despidió a su madre entre lágrimas y la recordó y la recuerda a diario.
Tuvo dos hijos y sintió que comenzaba la segunda parte de su vida. Se había convertido en madre.
Un giro de 180º, de vuelta y media, de patas arriba, que la hizo renacer, buscarse e intentar reconocerse. La mujer dió y da teta, el pecho, amamanta. La mujer colecha, metió a sus niños en su cama... y todo desde el "cuore".
Juega, ríe, llora, se enfada. Como dice el cuento que le lee a veces a sus hijos: mamá alegría, mamá lucero, mamá trueno, mamá tormenta, mamá viento, mamá ausencia, mamá magia, mamá silencio, mamá cascabel, mamá reina, mamá pirata.... tantas y tantas.
Tomó también una decisión importante, tal vez la más importante de su vida: Se dedicó y se dedica a ellos. En cuerpo y alma. 24 horas al día. 365 días al año.
A veces, la mujer recuerda a aquella niña. Piensa en ella. Recuerda a una joven miedosa también, con poca autoestima y ahora cree que poco luchadora además. Eso piensa, pero quien sabe... no es cuestión de juzgar a nadie sabiendo lo que ahora y no antes sabe.
Descubre que sus sueños han cambiado, al igual que sus prioridades. Se busca en otros lugares con otros sueños. Ya no ambiciona sino que desea y prácticamente todo lo que desea va unido a la devoción y no a la obligación. Se da cuenta de que anhela explorar partes de sí misma a las que nunca prestó atención. Todos decían: "tú serás alguien importante". Curiosamente esa frase entonces no tenía el sentido que ahora ella le otorga.
Es alguien importante, es mamá, el cayado de dos pequeños, su guía. Pero no es alguien importante, no es jefa, no es diplomática, no es...
Sin embargo y aunque durante mucho tiempo se cuestionó, ahora está convencida de que la vida es mucho más sencilla y fácil e incluso frágil y que lo que realmente importa se resume en un triunfo universal: amar y ser amado.
Amar y ser amado. Sentirse querido y deseado. Notar la calidez del entorno, de la familia. La vida son momentos, chispas de felicidad y muchas pero que muchas batallas diarias porque la vida puede ser injusta y traicionera y difícil y puede dar un vuelco de repente, sin más, cuando menos lo esperas.
Dice un anuncio últimamente: "De repente tango, de repente blues". "De repente bruma, de repente luz".
Entonces, en mitad de la bruma, es cuando uno se pregunta realmente por el sentido del éxito... cuando ya no hay remedio.
Yo quería ser médico... cuando acabé estudiando química quería especializarme en criminología. Y ahora, me gustaría ser antropóloga o psicóloga infantil y trabajar con niños que sufren (orfanatos, centros de acogida... salvando al patito feo que un día fui) Pero sabes que es mi mayor sueño? Ser feliz, amiga y que la gente que quiero (entre las que te encuentras tu), también lo sean. Un abrazo de osa.
ResponderEliminarTal vez la vida esa justamente eso, caminar, escoger, variar, seguir caminando y pensar que todos los caminos nos levan a "nuestra Roma", sea cual sea.... Quizás la propia Roma cambie con la vida y la que queríamos hace años ahora no nos valga.
EliminarLa felicidad... eso sí es Roma.
Un abrazo Rafi
Cuentan que cuando John Lennon iba al colegio, el profesor le preguntó qué quería ser de mayor, y él contestó "feliz". El profesor le dijo que no había entendido la pregunta, y John Lennon replicó que a lo mejor él no había entendido la vida.
ResponderEliminarYo también soy así, siempre lo he sido. No persigo ni he perseguido nunca el éxito y la fama, porque siempre he pensado que la felicidad viene de dentro, es el camino interior que recorremos, a veces con algún tropiezo. Como muy bien dices, la vida son momentos, y cada momento es una ocasión de crecimiento personal.
Quizás pensaste que la carrera diplomática te propiciaría una serie de vivencias con el aprendizaje que cada una lleva implícito; y quizás has tenido ocasión de llegar a ese punto de aprendizaje por otro camino. Quizás hace mucho que has cumplido tu sueño, aunque no te des cuenta ;-)
Un abrazo.
Lennon sabía mucho.... El éxito y la fama son relativos y a veces por ellos pagas muy altos precios... o al menos es lo que creo.
EliminarA veces pienso que mi mayor éxito es que la gente me quiera y me recuerde con alegría y añoranza cuando yo no esté. Significará que algo hice bien ¿no?
Me quedo pensando,,, creo que nunca tuve un sueño, fui teniendo objetivos o cosas que deseaba hacer o planes, es lo mismo?
ResponderEliminarBeso enorme montse,
Loli.
Vale igualmente Loli. ¿Y qué pensaste? ¿los cumpliste?
EliminarBueno, sí, pero siempre eran o son planes o deseos entonces también sobre la marcha una los va adaptando. Sí fui realizando todo lo que me propuse. Un sueño me suena a algo quizás más irrealizable...?
EliminarBesicos.
Loli.
no tiene por qué ser irrealizable, es más bien ese deseo o plan en el que crees firmemente, que quieres alcanzar, que te motiva, en el que piensas a menudo o por el que caminas por un determinado sendero...
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