Sentiré el vacío de vuestra ausencia y añoraré vuestra alma contenida en una mirada infantil.
Querré salir a buscaros, para recuperar y alargar esos amaneceres juntos en la misma cama.
Miraré, rebuscaré dentro de mi memoria para recordar manualidades y dibujos, risas y saltos, castillos en la arena.
El día que os marcheis soñaré con vuestros besos y vuestros abrazos, con vuestras llamadas y reclamos, vuestras canciones y sentiré no haber inventado más juegos.
El día que os marcheis, mi vida tomará otro rumbo, deseando haber atrapado aquellos trozos de tiempo a los que apenas presté atención en su momento.
Me sentaré en aquel parque, en aquel tobogán o columpio en el que quedó vuestra huella y quizás sin vosotros, en ese instante, me haga vieja.
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