Querido Piratilla1:
Te escribo a tí, que ya te vas haciendo mayor poco a poco, que ya has dejado de ser ese bebé que mis brazos abarcaban perfectamente, haciendome sentir protectora, fuerte, inmensa, grande. Con tu hermano aún puedo disfrutar de esa sensación, pero tú, tú evolucionas, maduras, cambias prácticamente a diario. Me lo dicen tus palabras, tus gestos, tus silencios... hasta la ropa y los zapatos que tenemos que guardar porque estás hecho un gigantón hermoso... Disfruto tanto de tu espontaneidad, de esas conversaciones que mantenemos.
Te escribo a tí porque sigues siendo mi bebé, al que quisiera proteger con todo mi cuerpo, mi alma y mi corazón. Quisiera tener poderes de superheroína y conseguir que no te rozara ningún tipo de dolor, de sufrimiento.
Vas creciendo, vas entendiendo, vas enfrentándote con la vida y comienzas a toparte con tantas cosas que me gustaría evitarte...pero no puedo. Y escucho: "así es la vida", "tiene que empezar a aprender", "se le pasará"... y mi mente se rebela y no lo comparte. Si pudiera guardarte entre algodones lo haría... por lo menos un tiempo más. Precisamente porque así es la vida, así de imperfecta, no tengo prisa porque lo aprendas. Quisiera guardar esa inocencia, esa seguridad que veo que sientes a nuestro lado, esa confianza, quisiera que disfrutaras de esa ingenuidad de perfección, esa que en realidad no existe, un poco más.
A veces me siento impotente, me nace la rabia desde bien adentro, desde el estómago, por no poder hacer más y ser testigo de tu llanto. Te seco las lágrimas, te abrazo, te digo que estoy contigo, a tu lado, te toco, te acaricio y me enfado por no poder hacer más, por no poder ahorrarte angustias, miedos y dolores.
No me vale solo con acompañarte y sin embargo hay situaciones donde no me queda otra... donde quizás me equivoco queriéndote proteger cuando lo que tengo que hacer es enseñante a luchar, a resistir, a ser valiente, a ser consciente, a buscar esa templanza que te hará poder echarle un pulso a la vida sin miedo, sin temor, con la cabeza bien alta, bien seguro de tus fuerzas y de tu éxito.
Intento hacerlo lo mejor que puedo Piratilla, de verdad. Ojalá sea capaz de enseñarte a bailar bajo la lluvia.
Precioso Mon, como siempre. Destila impotencia y mucho mucho amor. Un beso.
ResponderEliminarEs inevitable, no se les puede proteger absolutamente de todo... no se les puede evitar todo sufrimiento... pero precisamente por eso, lo llevo fatal.
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