A día de hoy y tras muchos años confiando en la empatía y la amabilidad / generosidad de la gente, tengo que confesar que he comenzado a perder mi optimismo y a recelar. Más si el asunto del que se trata es el binomio lactancia materna - profesional de la salud. La experiencia me ha demostrado que si bien hay cada vez más profesionales correctamente informados, aún son mayoría los desinformados y desactualizados, subidos en el pedestal de quien se siente estudioso y entendido.
Sin embargo hay días en los que agradezco no solo la profesionalidad de algunos médicos o pediatras sino su devoción y su empatía.
Es el caso de ciertos profesionales que me he cruzado en mi ciudad, que alguno hay para mi alegría y respiro. Y es el caso de dos grandes y conocidos profesionales de la pediatría que a todos os sonarán. El Dr. Paricio y el Dr. Gómez Papí. Su buen hacer va más allá de lo puramente médico y práctico y como madre que amamanta los siento cercanos y cómplices aun sin conocerme. Doy fe de ello.
Lo único que lamento es que no formen parte del elenco de profesionales médicos de mi ciudad. Lo lamento profundamente.
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